encuadernados para el paraíso

Francis Quarles, poeta inglés del XVII, nos legó versos que sin duda levantarán el ánimo a todos los editores y editoras: “El mundo es una imprenta: nuestras palabras, nuestros pensamientos,/ nuestros actos son caracteres de diversos tamaños:/ cada alma es un compositor; de sus faltas,/ los levitas son los correctores: el Cielo revisa;/ la muerte es la prensa común, y de allí nos conducen/ para unirnos folio a folio, y encuadernarnos para el Paraíso”.[1]

Marta me pasa el poema, y también éste texto de Culverwell, otro autor de la época: “Cuando la vida de un cristiano se imprima en una nueva Edición, Multo auctior & emendatior; todas las erratas serán corregidas y contará con un feliz Index expurgatorius. Un deleatur marcará cada iniquidad y todos los desiderata serán respetados; el Libro se volverá perfecto y así se lo verá por toda la eternidad”.

El editor (y fotógrafo) Mario Muchnik, muerto estos días, nos devuelve a tierra: “Como decía mi padre, un editor es el que corrige los acentos y las comas de un texto, y lo manda a imprimir”.[2]

 

 

[1] “The world’s a Printing-house: our words, our thoughts/ Our deeds, are Characters of sev’rall sizes:/ Each Soule is a Compos’ter, of whose faults/ The Levits are Correctors: Heaven revises;/ Death is the common Press, from whence, being driven,/ W’are gathered Sheet by Sheet, & bound for Heaven”. F. Quarles, “On a Printing-House”, en Divine Fancies, libro 4.

[2] Manuel Florentín, “In memoriam Mario Muchnik, maestro y editor de la vieja escuela”, El País, 29 de marzo de 2022.