«El filósofo y amigo Riechmann habita mi cabeza a menudo, y su libro Ecoespiritualidad para laicos (Desvelo ediciones, 2024) lo reviso con fruición en días sueltos de orfandad, de esa que solemos sentir en mitad de la vorágine acelerada que arrastra cuerpos y sensibilidades hacia el miedo por la guerra, la precariedad o la crisis climática. Dice Jorge: “Nada de lo que puede ofrecer el capitalismo vale ni siquiera como sucedáneo de una vida verdadera” y, aunque creo —como él— que las necesidades básicas del humano y la humana deben permanecer cubiertas, y en ocasiones éstas se compran, me enfrasco en una búsqueda de trascendencia opuesta a aquel ateísmo de mis años jóvenes, cuando —ahora me doy cuenta— creía sólo en el trabajo. Con el tiempo, he ido percibiendo que esa mudanza experimentada a nivel individual, precisamente, me transciende, y que nuestras soledades tecnificadas, digitalizadas, cortadas por el cuchillo de la inmediatez, giran sobre sí mismas locas por referentes que las saquen del narcisismo…»
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