Probablemente los seres humanos somos incapaces de vivir sin elementos de identidad colectiva. Más allá de lo tribal y lo nacional, más allá del narcisismo de especie, ¿seremos capaces de desarrollar formas de identidad colectiva panhumanas, gaianas?
Conciencia de especie, decimos desde el movimiento ecologista. Sí, pero hoy debería ser conciencia de una especie más entre las otras (por más que no perdamos de vista nuestra singularidad como animales con responsabilidades especiales). Estamos muy lejos de lo primero; todavía más lejos de lo segundo.
La posición moral “por defecto” de los seres humanos es “mi tribu y yo” (aunque Occidente se las ha apañado para convertirla durante un tiempo en “yo y mi tribu”). Si no logramos dar un verdadero salto hacia nuevos horizontes morales –“la humanidad y yo”, “la comunidad biosférica y nosotras”-, estamos perdidos.