¿qué necesita uno a los quince, a los veinte años?

Dos cosas sobre todo: encontrar tribus acogedoras y encontrar maestros acogedores. (Hay una tercera cosa, enamorarse: pero ésa, casi con seguridad, llegará de todas formas, y así no resulta problemática como las dos primeras.) Yo tuve la buena fortuna de encontrar aquellas dos cosas: tribus como En pie de paz, maestros como José Mascaraque y Paco Fernández Buey. Y matizo enseguida, para esquivar dos peligros obvios: lo que uno necesita son tribus con objetivos universalistas, y maestros que no deseen ejercer dominio ninguno sobre ningún discípulo. Agregado el matiz, sigo pudiendo dar gracias por mi buena suerte…