>> De: ELPAIS. Comité
>> Enviado el: domingo, 07 de octubre de 2012 17:43
>> Para: Comite
>> Asunto: EL AHORRO DEL MILLONARIO
>> Dado que muchos no podéis abrir el archivo, os pasamos el texto:
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EL AHORRO DEL MILLONARIO
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>> Los 13 millones de Cebrian son más de lo que cobran 150 jefes de sección. El
>> ERE no está justificado en los datos económicos.
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>> La empresa ha desplegado una ofensiva desde el pasado viernes, que
>> continuará mañana con una ronda de reuniones del director del periódico,
>> para tratar de convencer a la plantilla de que el brutal ERE previsto es una
>> medida obligada por la fuerte crisis del sector y el único modo de
>> garantizar la supervivencia de EL PAÍS. Pero un somero análisis de los
>> datos conocidos sobre la situación de la empresa desmonta fácilmente esos
>> argumentos, como se demostrará en las líneas que siguen. El difícil momento
>> económico general, y de la compañía en particular, puede requerir de ciertas
>> medidas, que la plantilla debe estar dispuesta a negociar y a asumir, pero
>> en ningún caso justifica la magnitud del destrozo laboral, personal y
>> profesional que se prepara. El ERE no tiene base económica alguna, y los
>> ejecutivos de la compañía y la dirección del periódico lo saben. Por eso han
>> construido un relato con el que pretenden convencer a la plantilla, pero,
>> que a poco se mire, se revela como una burda patraña en la que se ha tomado
>> como chivos expiatorios a las delegaciones territoriales de EL PAÍS y a los
>> compañeros con más experiencia y que más años de trabajo han aportado a
>> esta casa.
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>> Sería difícil –por no decir imposible- encontrar un caso semejante en España
>> o en otro país occidental de una empresa que, después de 35 años
>> ininterrumpidos de beneficios, plantee despedir al 30% de la plantilla
>> porque, según sus previsiones, va a cerrar su primer ejercicio en pérdidas,
>> que no se estiman en más allá de dos millones de euros. Ni siquiera la
>> proyección de números rojos para el próximo año, que, según la empresa, es
>> de siete millones, podría dar argumentos a la despiadada medida que se
>> plantea. De entre los grandes diarios españoles, ninguno ofrece una cuenta
>> de resultados más saneada que la de EL PAÍS. La editora de El Mundo, por
>> ejemplo, ha hecho un ERE de dimensiones semejantes, pero tras presentar un
>> resultado negativo de 10 millones de euros solo en el primer trimestre de
>> 2012 (las pérdidas del grupo habían sido de 330 millones al final de 2011) y
>> Vocento tuvo números rojos por 3,3 millones en el mismo periodo. En esos
>> tres meses, las pérdidas de EL PAÍS eran de apenas 70.000 euros. En el
>> extranjero podemos tomar un caso extremo como el de The Guardian, que sí ha
>> despedido a un tercio de sus empleados, pero lo hizo después de tres
>> ejercicios en los que perdió una media anual de 38 millones de libras (47
>> millones de euros). Y aun así mantiene una plantilla de más de 600
>> trabajadores. Las pequeñas pérdidas son habituales en todos los periódicos
>> del mundo, que asumen sin problemas los grupos en los que están integrados.
>> Nuestro lastre no son, por tanto, los números de EL PAÍS, sino la situación
>> del grupo PRISA, que, además, paga a sus directivos mejor que nadie.
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>> Los dos millones de pérdidas que la empresa prevé hasta final de 2012 son
>> sensiblemente inferiores a los 3,2 millones que cobra al año el consejero
>> delegado de PRISA, Fernando Abril- Martorell, un cargo que se ha duplicado
>> tras el ascenso a la presidencia de Juan Luis Cebrián. Aun dando por bueno
>> el dato ofrecido por Cebrián de que cada trabajador de esta casa cuesta
>> 88.000 euros al año –engañoso, porque la media incluye a toda la cúpula
>> directiva- esa cantidad multiplicada por los 150 empleados que se pretende
>> poner en la calle arrojaría una cifra de 13,2 millones. Como todos sabéis,
>> de los datos ofrecidos por PRISA a los distintos organismos reguladores se
>> deduce que Cebrián cobró en 2011 unos 13 millones de euros, cantidad que él
>> no ha negado y que incluso ha considerado “sueldo habitual del mercado”. El
>> consejero delegado de Vocento percibe 847.000 euros al año; el de Tele 5,
>> Paolo Vasile, 1,26 millones, y en Antena 3 los sueldos de los tres máximos
>> ejecutivos suman 2,88 millones por ejercicio. El propio Cebrián aseguró el
>> pasado viernes que el gasto anual en nóminas de EL PAÍS es de 41 millones.
>> Pues bien, en 2011, las remuneraciones conjuntas de los 16 consejeros de
>> PRISA ascendieron a más de 20 millones, esto es, la mitad de toda nuestra
>> masa salarial. A finales de 2011, la nómina de directivos del grupo sumaba
>> 486, más que trabajadores tiene esta casa.
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>> Durante el mandato de Javier Moreno, no ha cesado de crecer la nómina de
>> cargos de la redacción, hasta llegar a la situación inaudita de duplicar
>> las funciones de los redactores jefes con subdirectores (en pocos años han
>> pasado de dos a ocho, aparte de los dos directores adjuntos), que, además
>> de sus salarios, disfrutan de privilegios como los coches de alta gama que
>> les facilita la empresa, junto a bonus – que se han seguido repartiendo este
>> año- y seguros médicos. Moreno es también el responsable de haber creado
>> una nueva nómina de directivos dedicados al desarrollo digital sin que eso
>> haya supuesto el menor avance en el esbozo de un modelo de negocio en la
>> Red, mientras la caída de ventas del papel, mucho mayor que las de la
>> competencia, se agudizaba por la política del gratis total en Internet (que
>> no aplica casi ninguno de los grandes periódicos internacionales, excepto el
>> ruinoso The Guardian).
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>> En los últimos años, la empresa ha ignorado las reiteradas peticiones de
>> este comité para que se hiciesen públicos los salarios del director y de su
>> equipo, las cantidades repartidas en bonus o lo que perciben otros cargos de
>> distintas áreas del periódico, empezando por el consejero delegado, José
>> Luis Sáinz. En estas circunstancias, no resulta difícil aventurar que los
>> que ahora tratan de convencernos de la inevitabilidad del ERE percibirán
>> sustanciosas gratificaciones por condenar al paro, sin ningún motivo, a
>> decenas de compañeros que lo han dado todo por este periódico.
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>> Que nadie pretenda engañarse ni se haga ilusiones pensando que puede
>> salvarse de la quema. Como el ERE no tiene justificaciones económicas de
>> peso, solo cabe suponer que los verdaderos motivos de la empresa son
>> desmantelar la redacción de EL PAÍS con el horizonte de que en pocos años
>> desparezca su edición en papel. Esto es solo el comienzo de una serie de
>> recortes que dejará el periódico reducido a la mínima expresión y con una
>> plantilla escuálida y mal pagada, la única que podrían sostener los ínfimos
>> ingresos de la página web (1,3 millones de euros mensuales en la
>> actualidad).
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>> A todos nos cuesta creerlo, pero la lógica conduce a una conclusión
>> desoladora: con la entrada del ‘hedge fund’ Liberty (fondos buitre, lo
>> llaman otros) en el capital de PRISA, nuestra compañía se ha entregado a las
>> prácticas financieras más depredadoras, a ese tipo de capitalismo sin
>> escrúpulos que pretende aprovechar la crisis para maximizar beneficios y
>> transferir las rentas de los trabajadores a accionistas y directivos
>> dispuestos a todo con tal de aumentar sus remuneraciones. Liberty se hizo en
>> 2010 accionista mayoritario de PRISA con una aportación de 650 millones de
>> euros. Las condiciones de compra blindaban el pago de dividendos anuales al
>> fondo de inversión estadounidense con independencia de los resultados de la
>> compañía. Como puede comprobarse en las cuentas de 2010 publicadas por
>> PRISA, ese mismo año Liberty ya percibió 165,2 millones en dividendos. A ese
>> ritmo, en cuatro años recuperará su inversión sin perder el control
>> accionarial del grupo.
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>> Esto no es solo un atentado laboral sino una traición a los principios del
>> periódico, al legado empresarial del fundador de PRISA, Jesús de Polanco, y
>> un golpe mortal a la reputación de nuestra cabecera, que se entrega a las
>> mismas prácticas de explotación económica que tantas veces hemos criticado
>> desde nuestras páginas. Por nuestros puestos de trabajo y por respeto a lo
>> que ha significado EL PAÍS desde su creación, hace 36 años, estamos
>> obligados a detener como sea la mayor agresión que ha sufrido esta
>> plantilla en toda su historia. En una cosa tiene razón Cebrián, cuando
>> compara lo ocurrido el pasado viernes, el día más negro en la trayectoria de
>> este diario, con el 23-F. Lo que no sabe es que esta vez su papel está
>> cambiado: ahora el protagonista de la asonada es él. Los trabajadores de EL
>> PAÍS seguimos en el mismo sitio que entonces.