“No son humanos (o no del todo, como lo somos nosotros). Y como somos más fuertes, podemos hacer con ellos lo que queramos”. Ésta es la fórmula del genocidio: lo fue para la Shoah, lo es ahora para el genocidio palestino, vale también para los demás genocidios (Armenia, Ruanda…).
La relatora de NN.UU. para Palestina, Francesca Albanese, estima en 680.000 las muertes causadas por Israel en Gaza.[1] Esta cifra incluiría no sólo las muertes a manos del ejército israelí (con una inmensa mayoría de civiles frente a los reales o supuestos militantes de Hamás), sino también las muertes por hambre, enfermedades y otras carencias. Se llega a este guarismo horroroso por la estimación (que avanzó The Lancet en 2024) de que las muertes indirectas en los conflictos armados son entre tres y quinces veces superiores a las muertes directas. Así, unas 544.000 personas podrían haber muerto en gaza de esa forma indirecta; y entre 65.000 y 136.000, directamente a manos del ejército israelí.[2]
El nivel de destrucción en la Franja de Gaza (apenas 360 km2, con un enorme hacinamiento de población a resultas de varios decenios de colonialismo israelí) es inimaginable: hasta junio de este año el Estado sionista había lanzado más de cien mil toneladas de bombas en el enclave.
La ultraderecha israelí (en el Gobierno) quiere asesinar a buena parte de la población de Gaza, expulsar al resto y quedarse con el territorio (para aplicar después un plan semejante en Cisjordania… y más allá, según la bárbara aspiración al Gran Israel). Pero, más allá de eso, quiere hacer a su propia sociedad cómplice de crímenes tan horrendos que luego no haya marcha atrás. Y así está destruyendo, moral y políticamente, a los israelíes…
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No, no hay infrahumanos (salvo en las construcciones mentales del supremacismo racista).
Y por si acaso piensa usted en otros seres vivos que Homo sapiens: no, ellos son more-than-humans como dicen los anglosajones: más que humanos. En el sentido de que llevan más tiempo que nosotros aquí, y saben mucho sobre cómo vivir en esta Tierra, y nosotros somos (como diría cualquier amerindio de Abya Yala) los hermanitos menores.
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El judaísmo –esa grande y valiosísima corriente cultural cuyos principios rectores incluyen “no destruir, dar reposo y reparar” –[3] ha sido en buena medida secuestrado por el sionismo. Interesa a toda la humanidad ayudarle a liberarse de ese abrazo mortal.
Y por lo que nos toca a nosotros en España: fuimos pioneros en limpieza étnica de judíos (¡ah, nuestros celebrados Reyes Católicos!), lo cual no debería estar nunca ausente de nuestra consideración de estos asuntos. Al respecto, estas líneas de José María Ripalda en un breve artículo en Viento Sur donde se suma a las evocaciones de Manuel Sacristán en su centenario:
“El referéndum de la OTAN (1986) fue algo así como la última batalla de Sacristán, que, a semejanza del Cid, libraron notoriamente sus discípulos después de muerto; seguramente significó también la derrota que selló ‘la Transición’. Felipe González, quien se había opuesto a la entrada en la OTAN bajo Calvo Sotelo, fue quien, como ‘poli bueno’, convenció de que entraran por el aro a los españoles, traumatizados por el aún cercano 23-F. Pero he creído escuchar un eco del clamor antimilitarista que recorrió entonces las calles de España en las protestas recientes por la destrucción de Palestina… pese a su reformulación como ética de las buenas intenciones y a la incapacidad crónica de reconocer una resaca también de nuestro pasado genocida (con los judíos) en el actual genocidio palestino. Demasiada buena conciencia oficial una vez que algo es declarado pasado.”[4]
[1] Claudia Maniscalco, “La relatora de la ONU, Francesca Albanese, estima en 680.000 las muertes en Gaza”, 20 minutos, 15 de septiembre de 2025.
[2] Richard Hil, “Gaza death toll far worse than reported in Western media”, Independent Australia, 12 de agosto de 2025.
[3] Y. Neril, “Intro al judaísmo y el medio ambiente”, JewishEcoSemibars, octubre de 2009; citado en Josep Maria Panés, La locura del progreso. Un psicoanalista escribe sobre cambio climático, Xoroi eds. 2025, p. 253.
[4] José María Ripalda, “Adiós a Manuel Sacristán”, Viento Sur, 17 de septiembre de 2025; https://vientosur.info/adios-a-manuel-sacristan/