Manolo Monereo: «Si la “casta” solo son los políticos, se deja a un lado lo fundamental, a los poderes económicos; basta cambiar a aquellos, es decir a los políticos, para que la oligarquía financiera siga mandando, que es de lo que trata. Hay una cierta dificultad para entender que el problema de nuestras debilitadas democracias tiene que ver con el control creciente que los grupos de poder económico ejercen sobre la cosa pública. El problema central de nuestras sociedades es la creciente desigualdad, que no es solo económica sino de poder: los que mandan tienen cada vez más poder y lo ejercen. Sin afrontar esto, la supuesta regeneración democrática es mera retórica…»
Santi Alba Rico: «Si se trata de recuperar el paso mediático y la ilusión de la gente (evitando convertirse en un nuevo IU incapaz de transformaciones decisivas) Podemos debería aprovechar el nuevo ciclo electoral y el previsible respiro mediático para introducir más discurso, no menos, y más definido, no más ambiguo. No sólo la propia coherencia y el agotamiento mediático del tema de la “casta” y la corrupción (que empieza a volverse dolosamente contra los podemitas), también la irrupción de Ciudadanos, un Podemos de derechas que se asienta mimético en la “centralidad del tablero”, obliga a Podemos a hacer propuestas concretas y claras, transversales y de fuerte contenido social, como única forma de reenganchar al mismo tiempo con el medio televisivo y con el “sentido común” de la gente (…). Para Podemos, con todas sus energías concentradas hasta ahora en el proceso de constitución interna (tan democrático que no se ha hecho otra cosa que preparar y votar primarias), es el momento de replantearse la estrategia comunicativa, de afinar y concretar los programas y de trabajar en la calle para espumar ese entusiasmo que sigue ahí, más acechante que dormido, dispuesto a verterse en cualquier molde real de cambio: real en el sentido de que pueda ganar, pero real asimismo porque pueda ganar de otra manera y en otra dirección. Votantes largamente resignados a prevaricar en favor del PSOE o del PP sólo votarán a una opción de cambio ganadora. Pero tiene que ser “de cambio”. Si somos lo mismo, despacio o deprisa llegaremos al mismo sitio; y para eso la gente preferirá seguir prevaricando en favor del PSOE o votar a Ciudadanos, que ofrece al menos el pequeño cambio -respecto del PP- de no llamarse PP. »
http://www.cuartopoder.es/tribuna/2015/03/28/podemos-en-andalucia-el-sinsabor-de-lo-esperado/7020