biedermeier para el siglo XXI

A medida que nuestras sociedades siguen deslizándose con firme aceleración hacia el abismo, acallar el malestar que produce la propia claudicación, la propia pasividad culpable, va haciéndose más difícil para los intelectuales… Hay que decirse a uno mismo enfáticamente que ese consentimiento a lo peor constituye una forma de resistencia, por inverosímil que resulte la maniobra. Así, para Isidoro Reguera (comentando tres ensayos de Byung-Chul Han) retornar “a un yo íntimo, reflexivo, distante, pudoroso” es nada menos que “algo más eficaz que la revolución” (Babelia, 22 de marzo de 2014). Pero puede uno celebrar las virtudes de la reflexión y el pudor sin necesidad de construirse esos saloncitos Biedermeier mentales para el siglo XXI, ¿no les parece?