«Aceptemos que el centro político no es una posición ideológica. Ya lo sabía Adolfo Suárez: el “centro” es la acumulación de fetiches, consensos y acuerdos tácitos generados por la ideología dominante en tensión con los impulsos que surgen desde los de abajo, que se renuevan una y otra vez en función del momento político, creando una serie de sentidos que regulan la disputa pública. Es lo que se puede decir y lo que no, es la “opinión pública”. Y al final, más allá del lenguaje, el problema es político y estratégico.
Concretemos. La conciencia pública es siempre contradictoria. Gramsci explicaba que el sentido común es la forma que tiene la ideología dominante de presentarse como “natural”, como si fuera algo que tiene más que ver con los ciclos meteorológicos que con las construcciones sociales. El sentido común hegemónico rechaza la corrupción pero respeta al empresario “decente” que paga impuestos. Reclama democracia, aunque a veces exceptúa a los catalanes. Quiere un cambio político, pero para volver a la situación anterior a 2008.
¿Y eso es todo? ¿Hemos llegado hasta aquí para lamentarnos del “bajo nivel de conciencia”? Pues no: a partir del 15M surge un sentido común contra-hegemónico, impuro y populoso, que se expresa de forma desordenada. Digamos que ese sentido común contra-hegemónico es potencialmente hegemónico, pero no está libre de las presiones de aquél. Viven los dos en tensión y por lo tanto, se contaminan mutuamente, pero teniendo siempre presente que su evolución no depende solo de su influencia respectiva en el ámbito discursivo sino también de la que conserven o conquisten en las distintas esferas de poder existentes en la sociedad…»
- Texto completo en http://blogs.publico.es/otrasmiradas/4480/buscando-la-centralidad-aparecio-el-conflicto/
«De la noche a la mañana, y tras las elecciones andaluzas, la situación de Podemos se ha complicado. Íbamos a ganar en una guerra relámpago, y, de pronto, nos vamos a ver envueltos en una interminable guerra de trincheras, en una especie de doble bipartidismo. Es de temer, además, que en este tipo de contienda, el tiempo nos va a desgastar más que a nuestros adversarios, puesto que tenemos más enemigos y menos recursos. El motivo de que nos encontremos de pronto en esta situación no se debe (fundamentalmente) a que Podemos haya hecho nada mal, sino a que los demás han hecho algo bien. Era de esperar que no permanecerían eternamente de brazos cruzados, viendo cómo Podemos crecía y crecía en las encuestas. Han movido ficha. Y han hecho una jugada muy buena, un jaque en toda regla. El Ibex 35 ha logrado colocar a Ciudadanos en la «centralidad del tablero». Qué injusto y qué paradójico es todo. Ciudadanos se ha colado precisamente en un lugar que a Podemos le había costado un esfuerzo sobrehumano construir. Y les ha salido gratis. Más que gratis, han hecho un negocio bárbaro. (…) Creo que tenemos aún una carta que jugar. Es más, gracias a Ciudadanos, tenemos una oportunidad de oro, un as en la manga. Yo lo resumiría en «republicanizar el populismo», o en algo así como, «más Kant y menos Laclau». Nos queda aún un discurso muy preciso, que ocupa de forma natural la «centralidad del tablero» y que, al mismo tiempo, es inasimilable por Ciudadanos. Un discurso, además, para el que la crisis económica ha sido suficientemente pedagógica para una gran mayoría de la población. Se trata, sencillamente, de reivindicar los derechos y las instituciones clásicas del pensamiento republicano, al mismo tiempo que se demuestra que son enteramente incompatibles con la dictadura de los mercados financieros en la que estamos sumidos. La izquierda siempre intentó inventar la pólvora, ese fue su máximo error…»
- Texto completo en http://www.eldiario.es/zonacritica/carta-queda-republicanizar-populismo_6_378022216.html
- Véase también http://www.eldiario.es/politica/Podemos-debate-recuperar-iniciativa-politica_0_381812438.HTML