Todas las sociedades tienen que resolver el problema económico, en el sentido de procurar la subsistencia de sus integrantes: garantizado esto, comenzaría más allá el “reino de la libertad” (Marx), la posibilidad de desarrollar nuestras capacidades humanas y experimentar con diferentes estilos de vida. Al mismo tiempo, todas las sociedades tienen que resolver el problema político en el sentido de limitar la dominación –si es que aspiramos a la vida buena de todos los seres humanos en una biosfera habitable. Dice poco de nosotros que, después de cinco milenios de “civilización”, no hayamos sido capaces de resolver ninguno de esos dos problemas básicos.