contra tánatos

Ah, no podemos quedarnos alelados, hipnotizados delante de la muerte… ni aun tratándose de la muerte de una civilización. Quizá valdría esta triple toma de posición: 1) aceptar radicalmente nuestra mortalidad. 2) Rechazar radicalmente la muerte (como Elias Canetti). 3) Usar todos los medios a nuestro alcance para limitar el imperio de la muerte, para dejar la muerte en suspenso. (Aquí, una senda sin duda practicable es la ética de la reverencia por la vida de Albert Schweitzer.)