de manera inesperada, el calor hace que los suelos subárticos se vacíen de nitrógeno

Y para completar las malas noticias, otra investigación reciente sobre clima de la que da cuenta Andrés Actis.

La mitad del carbono del planeta permanece guardado en los suelos helados del Ártico y Subártico, que cubren regiones como Groenlandia, Canadá, Alaska, Escandinavia o Islandia. Hasta ahora se sabía que, con el aumento de temperatura, los microorganismos que viven en este ecosistema están más activos, consumen más carbono y lo emiten en forma de CO2 a la atmósfera. Pero la nueva investigación muestra que, de manera inesperada, el calor también hace que los suelos se vacíen de nitrógeno.[1] Sin suficiente nitrógeno, la vegetación crece menos de lo esperado y no es capaz de absorber tanto CO2; el efecto de invernadero reforzado se retroalimenta.

En concreto, por cada grado de temperatura adicional se pierde entre un 1’7 % y un 2’6 % de nitrógeno en el suelo y esto conlleva una pérdida proporcional de carbono en forma de CO2 hacia la atmósfera. El fenómeno se ha descubierto por un experimento llevado a cabo durante una década en Islandia, una suerte de laboratorio natural donde gracias a la actividad geotérmica se consiguen aumentos de temperatura del suelo entre los 0’5°C y los 40°C por encima de la temperatura ambiente. “Ya sabíamos que con el cambio climático se libera más CO2 desde los suelos árticos, pero creíamos que al menos parte de estas emisiones se compensaba con el crecimiento de las plantas, que se incrementa ligeramente con el calentamiento. Esto no es así”, explica Sara Marañón Jiménez, investigadora del CREAF.

En una situación normal, los microorganismos están más activos en primavera y verano. Consumen nitrógeno y lo transforman en amonio y nitratos, compuestos que las plantas utilizan para alimentarse. Pero, conforme hace más calor, este proceso se desincroniza: los microorganismos ya están muy “despiertos” en invierno, cuando las plantas todavía están inactivas por falta de luz y no necesitan este aporte de nutrientes, “y hay un desacople entre oferta y demanda”. El resultado es que el nitrógeno transformado se pierde. Parte de este nitrógeno puede filtrarse a las aguas subterráneas en forma de nitratos (contaminación). Otra parte puede liberarse como óxido nitroso, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO2. “Un cóctel peligroso”, alerta Marañón.[2]

 

[1] https://www.creaf.cat/ca/recerca/directori-de-recerca/estabilitat-del-c-i-transformacions-del-n-al-subartic-sota-augments-de-temperatura

[2] https://threadreaderapp.com/thread/1940741690899550434.html