Un lector me escribe para contarme “dos anécdotas que desesperan un poco”:
“Ayer me encontré con un activista de Recortes Cero (él mismo se definió como comunista) que me decía que el comunismo llegará cuando el capitalismo caiga, pero que es necesario pasar por esta fase de capitalismo. Incluso me decía que China es comunista. No estaba en contra del modo de producción capitalista sino de que no se reparta bien… Por más que intenté decirle que hay que cambiar de modo de vivir… nada: erre que erre. Por otro lado, un conocido (también de izquierdas) me justificaba su hábito regular de comprar en Amazon diciendo que ‘sólo faltaba que, encima de que tengo que aguantar este sistema, no pueda beneficiarme de sus ventajas’. De mis familiares de Vox, mejor me callo.”
Esto sucede el mismo día en que Cristina Fernández de Kirchner, en un gran mitin en Buenos Aires (formalmente, la presentación de su libro de memorias Sinceramente), anuncia su retorno a la política y propone el eje central para la izquierda argentina: un gran contrato social para el crecimiento económico.[1]
Decrecer para sobrevivir, ha titulado José Alberto Cuesta su último ensayo (publicado por las beneméritas ediciones de El Viejo Topo). Un buen compendio de verdades elementales que no queremos de ninguna manera oír.
[1] Fernando Cibeiro, “Es necesario un contrato social de todos los argentinos y argentinas”, Página 12, 10 de mayo de 2019; https://www.pagina12.com.ar/192833-es-necesario-un-contrato-social-de-todos-los-argentinos-y-ar