destiempos

En su poema EL SIGLO XXI JUBILADO (que en realidad se refiere al siglo XX: ¿errata del traductor?), Adam Zagajewski representa al siglo como un anciano achacoso que debe evitar las emociones fuertes (por prescripción médica) mientras pasea por algunos escenarios de la sangrienta historia de Europa. Y los versos finales expresan la amarga sabiduría ganada: “Una cosa aprendí:/ sólo existe la compasión/ por las personas, animales, árboles y cuadros.// Existe sólo la compasión,/ siempre con retraso.” Bueno, si somos conscientes de este destiempo de la compasión; y también de cómo los grandes poderes en nuestras sociedades ⸺megacorporaciones que se imponen a los Gobiernos⸺ también nos permiten saber la verdad sólo a destiempo (cuando ese conocimiento ya no puede tener consecuencias que amenacen al orden establecido), según nos mostraba Paco Fernández Buey; si somos conscientes de estos destiempos del bien y la verdad, ¿qué hacemos?

Tratemos al menos de no llegar tarde nosotros, nosotras a la cita: que el desencuentro no tenga lugar por culpa nuestra. Y alegrémonos porque al menos la gran dama de la clásica terna, la belleza, ella sí que no llega tarde casi nunca a un encuentro.