Días funestos: del 4 de agosto de 1914 alemán al 14 de julio de 2015 griego
Por Yorgos Mitralias
Atenas, 13 de julio 2015
El funesto lunes, 13 de julio de 2015, puede tener un solo precedente. El también funesto 4 de agosto de 1914 del Partido Socialdemócrata Alemán en el Parlamento de Berlín, que supuso el principio de la tragedia del siglo XX. Una tragedia cuyas consecuencias aún se dejan sentir hoy…
Y hoy, como entonces, todo este desastre estuvo precedido por decenas, cientos de promesas de fidelidad a los valores del socialismo, al No inquebrantable que los socialistas iban a dirigir a los chantajes de la derecha, del capital y de los burgueses. «Nunca más la guerra», prometieron entonces. «No me convertiré en un nuevo Papadimos», nos decían ayer.
Pero he aquí que nuestros buenos burócratas han cedido a las presiones: votaron entonces créditos de guerra y han consentido hoy la transformación de Grecia en colonia de la deuda. Naturalmente, mientras afirman que «se ha evitado lo peor» y mientras prometen que muy pronto van a volver al buen camino.
Evidentemente, sabemos que el devenir de los acontecimientos ha sido otro. No sólo no han vuelto sobre sus pasos… socialistas, sino que se han alejado cada vez más deprisa de sus raíces, para llegar finalmente a cruzar el Rubicón de clase y transformarse en buenos y leales gestores del sistema capitalista y de su… barbarie.
Pero atención. La deriva de los burócratas hacia su total envilecimiento y la completa traición de sus aspiraciones juveniles tiene su lógica implacable. Para alcanzar su infamia actual, la socialdemocracia ha tenido que no sólo limpiar sus filas de los impenitentes de las «líneas rojas» de su pasado, sino que ¡también ha tenido que exterminarlos! En efecto, fue un líder y ministro, el Bluthund (perro ensangrentado) Noske quien disparó el cañón contra los barrios obreros de las ciudades alemanas, quien inundó de sangre la revuelta del Spartakus Bund, asesinó a Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht y… preparó el terreno para la aparición y el triunfo final del monstruo nacionalsocialista.
¿Y ahora? ¿Será verdad que todo esto no son más que viejas historias que ya no proceden en nuestra época «postmoderna»? Si creemos lo que va a pasar tras la firma del infame acuerdo de Bruselas, no osaremos afirmar que la historia no se repite. La cabeza de Zoé y Lafazanis* ya no es pedida por sus enemigos habituales de clase, sino también y sobre todo por sus camaradas de ayer. Y desgraciadamente, son estos últimos los que se distinguen por un odio feroz a la manera de los diversos Noske que plagan la historia de la socialdemocracia de estos últimos cien años…
Entonces atención, porque la historia no se repite siempre como farsa, sino también como tragedia. Como entonces, pueden también hoy producirse, y ya se han producido, cosas que en la víspera parecían simplemente imposibles e impensables. Cosas que sobrepasan el entendimiento humano, como por ejemplo que es posible que los camaradas de ayer puedan hacer frente común con sus enemigos de clase para reprimir a los «románticos impenitentes» que persisten en decir que «¡el burro no vuela!»** Y lo peor es que ya entrevemos en el Gobierno y en Syriza varias mediocridades burocráticas que parecen proponer ya su candidatura para convertirse mañana en clones del Bluthund Noske…
Sabemos que la mayor parte de la gente de izquierda de buena fe no puede ni explicarse qué pasa, ni digerir de un día para otro la «traición» de sus camaradas. Su confusión está justificada y es comprensible. Por cierto, ¿no fue el propio Lenin quien, varios días después del funesto 4 de agosto de 1914, se negaba a creer que su buen amigo Kautsky y su partido habían votado los créditos de guerra y seguía considerando «falsos» y productos del Estado Mayor Alemán los ejemplares del diario del SPD que elogiaban la participación de los socialdemócratas en la «Unión Sagrada» y la primera carnicería mundial?…
Sin embargo, hoy como entonces, lo que está en juego es de tal importancia histórica que nos obliga a salir lo antes posible de nuestra perplejidad y de nuestra confusión actual. Es decir, antes de que sea demasiado tarde no sólo para los ciudadanos y gentes de izquierda griegos, sino también para los trabajadores y la izquierda de Europa entera. Y esto porque Syriza -a menudo idealizada- ha sido hasta ayer la referencia y la esperanza de millones de personas en nuestro viejo continente, y la actual sumisión sin condiciones de su dirección amenaza acarrear consecuencias catastróficas y de larga duración mucho más allá de las fronteras griegas.
En otros términos, ahora es la hora de las grandes decisiones porque urge para cada uno y cada una de nosotras -en Grecia y en Europa- elegir quién nos abandonará y quién nos acompañará el resto del camino. Sí, es seguro que esta elección no es fácil ni insignificante, sobre todo en un momento en el que la izquierda y los movimientos sociales no están en plena forma. Así pues, se nos impone por los terribles peligros de nuestros tiempos, por las nubes negras de la amenaza neofascista que se ciernen sobre Europa, por la actual arrogancia e insolencia sin límites del capitalismo triunfante que no puede prometer más que sus grandes males a la humanidad.
Hace un siglo, el principio de la necesaria reconstrucción y recomposición tuvo como punto de partida un Zimmerwald. ¿Cuál podría ser el Zimmerwald de nuestros tiempos tan difíciles y peligrosos?
*Zoé Konstantopoulou, presidenta del Parlamento griego, y Panayotis Lafazanis, líder de la Plataforma de Izquierda, son las principales bestias negras de la reacción griega.
** La pregunta irónica griega «¿Los burros vuelan?» se refiere habitualmente a aquellos que muestran comportamientos serviles hacia las autoridades.
Journées funestes – du 4 Aout 1914 allemand au 14 Juillet 2015 grec
Par Yorgos Mitralias
Athènes, le 13 juillet 2015
Le funeste lundi 13 Juillet 2015 peut revendiquer un seul précédent. L’aussi funeste 4 Aout 1914 du parti Social-démocrate allemand au parlement de Berlin, qui a sonné le début de la tragédie du XXème siècle. Une tragédie dont les conséquences se font sentir encore aujourd’hui…
Et pourtant, aujourd’hui comme alors, tout ce gachis avait été précédé par des dizaines, voir des centaines des serments de fidélité aux valeurs du socialisme, au Non inébranlable que les socialistes allaient adresser aux chantages de la droite, du capital et des bourgeois. « Plus jamais la guerre » ils promettaient alors. « Je ne deviendrai pas un nouveau Papadimos » nous disaient hier.
Mais, hellas, nos bons bureaucrates ont cédé aux pressions : Ils ont voté alors les crédits de guerre et ils ont consenti aujourd’hui à la transformation de la Grèce en colonie de la dette. Naturellement, tout en affirmant toujours « qu’ils ont évité le pire » et tout en promettant que très bientôt ils vont revenir au droit chemin.
Evidemment, nous savons que la suite des événements a été tout autre. Non seulement ils ne se sont pas revenus sur leurs pas… socialistes mais ils se sont éloigné de plus en plus vite de leurs racines, pour arriver finalement à traverser le Rubicon de classe et se transformer en bons et loyaux gestionnaires du système capitaliste et de sa…barbarie.
Cependant, attention. La marche des bureaucrates vers leur total avilissement et la complète trahison de leurs aspirations juvéniles, a -et continue d’avoir- sa propre logique implacable. Pour atteindre son infamie actuelle, la social-démocratie a dû non seulement nettoyer ses rangs des impénitents des « lignes rouges » de son passé, mais aussi à les exterminer ! En effet, c’était un leader et ministre à elle le Bluthund (chien ensanglanté) Noske qui a tiré au canon contre les quartiers ouvriers des villes allemandes, a noyé dans le sang la révolte du Spartakus Bund, a assassiné Rosa Luxemburg et Karl Liebknecht et… a préparé le terrain pour l’apparition et le triomphe final du monstre national-socialiste.
Et maintenant ? Serait-il vrai que tout ca n’est que des vieilles histoires qui ne sont plus de mise à notre époque « postmoderne » ? Si on croit ce qui est en train de se passer depuis qu’a été signé l’infâme accord de Bruxelles, on n’oserait pas affirmer que l’histoire ne se répète pas. La tete de Zoé et de Lafazanis* n’est plus demandé par leurs seuls habituels ennemis de classe, mais aussi et surtout par leurs camarades d’hier. Et malheureusement ce sont ces derniers qui se distinguent par une haine féroce à l’instar des divers Noske qui remplissent l’histoire de la social-démocratie de ces 100 derniers ans…
Alors, attention puisque l’histoire ne se répète pas toujours comme farce mais aussi comme tragédie. Comme alors, peuvent aussi aujourd’hui se produire, et sont déjà produit, des choses que la veille paraissaient tout simplement impossibles et impensables. Des choses qui dépassent l’entendement humain, comme par exemple qu’il est possible que les camarades d’hier puissent faire front commun avec leurs ennemis de classe pour réprimer les « romantiques impénitents » qui persistent à dire que « l’âne ne vole pas » !** Et le pire est qu’on entrevoit déjà dans le gouvernement et dans Syriza plusieurs médiocrités bureaucratiques qui semblent poser déjà leur candidature pour devenir demain des clones du « Bluthund » Noske…
Nous savons que la plupart des gens de gauche de bonne foi ne peuvent ni expliquer ce qui se passe, ni digérer d’un jour a l’autre la « trahison » de leurs camarades. Leur confusion est justifiée et compréhensible. D’ailleurs, n’etait-il pas Lénine lui-même qui, plusieurs jours après le funeste 4 Aout 1914, refusait de croire que son bon ami Kautsky et son parti avaient voté les crédits de guerre, et continuait à considérer des « faux » et produits de l’Etat Major Allemand les exemplaires du quotidien du SPD qui faisaient l’éloge de la participation des sociaux-démocrates à l’ « Union Sacrée » et à la premiere boucherie mondiale ?…
Cependant, aujourd’hui comme alors l’enjeu est tellement historique d’importance vitale qu’il nous oblige à sortir au plus vite de notre perplexité et de notre confusion actuelle. C’est-à-dire, avant qu’il ne soit trop tard non seulement pour les citoyens et gens de gauche grecs mais aussi pour les travailleurs et la Gauche dans l’Europe toute entière. Et cela parce que ce Syriza –souvent idéalisé- a été jusqu’à hier la référence et l’espoir des millions des gens dans notre vieux continent, et l’actuelle soumission sans conditions de sa direction menace d’avoir des conséquences catastrophiques et de longue durée bien au-delà des frontières grecques.
En d’autres termes, c’est maintenant l’heure des grandes décisions puisque ça urge pour chacun et chacune de nous –en Grèce et en Europe- de choisir qui abandonnera et qui accompagnera pour le reste de la route ! Oui, c’est sûr que ce choix n’est ni facile ni anodin surtout à un moment où la Gauche et les mouvements sociaux ne sont pas au sommet de leur forme. Pourtant, il nous est imposé par les terribles dangers de nos temps, par les nuages noirs de la menace néofasciste qui s’amoncèlent au-dessus de l’Europe, par l’actuelle arrogance et l’insolence sans limites du capitalisme triomphant qui ne peut promettre que des grands malheurs à l’humanité.
Il y a un siècle, le début de la nécessaire reconstruction et recomposition avait eu comme point de départ un certain Zimmerwald. Quel pourrait être le Zimmerwald de nos temps si difficiles et dangereux?
*Zoé Konstantopoulou, présidente du Parlement grec, et Panagiotis Lafazanis, leader de la Plateforme de Gauche sont les principaux bêtes noirs de la réaction grecque.
** La demande ironique grecque « L’âne vole-t-il ? » s’adresse habituellement à ceux qui ont des comportements serviles envers les autorités.