donde moralmente se puede respirar

Cierto que nuestros colectivos –las comisiones de Ecologistas en Acción, los grupos de base de Izquierda Anticapitalista, las asambleas de barrio que guardan y desarrollan los rescoldos de la gran llamarada del 15-M— son pequeños y pueden poco. Cierto que, sin un milagro laico en términos políticos –vale decir, uno de esos momentos extraordinarios de reconfiguración de un sistema complejo, basculante con rapidez hacia un nuevo estado de equilibrio–, estamos perdidos. Pero, al menos, en el seno de estos pequeños colectivos moralmente se puede respirar. No es poca cosa, en esta época nuestra donde se bautizan las cloacas con perfumería de gran lujo.