«Es evidente la importancia del concepto de reificación -o alguna noción cercana- para cualquier comprensión del capitalismo global y de la cultura tecnológica. Se adopte un punto de vista marxista o no, igualmente no hay forma de eludir el papel desempeñado por internet y las comunicaciones digitales como el motor de la implacable mercantilización y comercialización de cada vez más regiones de la vida individual y social.» (p. 106)
«Hay una ilusión generalizada de que, a medida que la biosfera de la Tierra es aniquilada o destruida de un modo irreparable, los seres humanos podrán desvincularse de ella, por arte de magia, y pasar a depender de la mecanoesfera del capitalismo global. Cuanto más nos identificamos con los sustitutos electrónicos y desustancializados del yo físico, pareciera que estamos más exentos del biocidio que se comete en todas partes del planeta. Y, a la vez, nos volvemos ajenos, de un modo escalofriante, a la fragilidad y vulnerabilidad de los seres vivos reales.» (p. 107)