ecosocialismo o barbarie -once tesis de la Iniciativa Ecosocialista de Alemania

 

ECOSOCIALISMO O BARBARIE

11 tesis de la Iniciativa Ecosocialista de Alemania
 Saral Sarkar (compañero de Maria Mies, quien escribió Ecofeminismo junto a Vandana Shiva) y Bruno Kern, julio de 2015

1. La historia del capitalismo ha sido siempre la historia de sus crisis. Esto fue así dado su naturaleza intrínsecamente contradictoria, que por sí misma genera crisis y  al mismo tiempo socava sus propias condiciones de producción de valor. Hasta ahora, el capitalismo ha probado ser suficientemente flexible como para asegurar que esas crisis no llevaran a su propio fin, si dejamos de lado el elevadísimo precio que han tenido que pagar los seres humanos y la naturaleza para su supervivencia. Hoy en día, sin embargo, en todo el mundo el capitalismo se enfrenta por primera vez a una barrera infranqueable, que ha sido impuesta “desde afuera”,  de naturaleza geológica y física que, en consecuencia, es final. Esa barrera consiste en los límites al crecimiento impuestos por 1) el agotamiento de los recursos no renovables y 2) la declinante capacidad de sostenimiento de la Tierra, ambas limitadas en todo caso. Esta es, por decirlo de alguna manera, una “crisis del movimiento de tenaza” de la cual no hay escapatoria.

2. La causa primigenia de la actual crisis financiera, de deuda y económica, es precisamente esta: en muchos países el crecimiento ha llegado a su fin. (En otros, la tasa de crecimiento está declinando). El sistema financiero en su totalidad se apoya en la expectativa de un crecimiento constante. Tan pronto como se hace evidente que esas expectativas de crecimiento no pueden ser alcanzadas, el sistema financiero comienza a tambalearse. Las teorías convencionales sobre crisis (también aquellas de matriz marxista, keynesiano o schumpeteriano) ya no son suficientes para explicarlas. Sus recetas también dejan de ser efectivas. Quienes, por ejemplo, quieren zanjar la actual crisis de deudas por medio de políticas de estímulos keynesianos –como alternativa a las actuales medidas de austeridad- pasan por alto los límites objetivos al crecimiento, pasan por alto que ya no existen potenciales de crecimiento que pudieran ser aprovechados.

3. En particular, y con consignas de moda como el “nuevo acuerdo verde” (Green New Deal), algunas personas están propagando la ilusión de que el crecimiento capitalista puede continuar como siempre, aunque con otros medios tecnológicos. Se está sugiriendo que, con el uso de energías renovables y tecnologías de incrementada eficiencia, se pudiera lograr un “desacople” del crecimiento económico respecto al consumo de recursos y energía en un grado suficientemente alto. Esa es una de las ilusiones más peligrosas del “eco-capitalismo”. El potencial de incremento de eficiencia está limitado y sujeto a la ley de utilidades marginales en todas las tecnologías. De igual forma, el potencial de las energías renovables no es inagotable. La densidad energética que teníamos a nuestra disposición con las –actualmente disminuyentes- fuentes de energía fósil no puede ser lograda siquiera por aproximación con las fuentes de energía renovables. Es decir que, aunque ciertamente debemos usar “tecnologías verdes”, en definitiva será significativamente mucho menos energía neta la que tendremos a disposición comparando con la que tenemos en la actualidad.

4. ¡No es solo el capitalismo global –que, como sabemos, es dependiente de una continua acumulación de capital en escalas cada vez superiores y de una fuertemente diferenciada división del trabajo-  sino la sociedad industrial en su totalidad la que ha llegado a un punto de crisis! Desde la perspectiva de la historia de la humanidad, la sociedad industrial es una singularidad que no puede ser generalizada, una situación excepcional de corta duración solo accesible para una minoría de la humanidad. Solo ha sido posible sobre la base de la explotación intensiva de combustibles fósiles, primero carbón, luego petróleo y gas. Las sociedades sustentables futuras tendrán que arreglarse sustancialmente sobre la base recursos mucho más modestos. Movilidad masiva y motorizada individual, la hasta ahora sobreentendida facilidad de vuelos de largo alcance, etc. ya no será posible. Con energías renovables se encenderán mucho menos altos hornos siderúrgicos, mucho menos cemento y aluminio serán producidos, etc., etc.

5. Una diferencia sustancial entre la concepción marxista de socialismo y la de la Iniciativa Ecosocialista es que, mientras Marx y Engels consideraron el papel histórico mundial del capitalismo como el más alto desarrollo posible de las fuerzas productivas, y que solamente sobre esa plataforma sería posible construir una sociedad socialista (o comunista), la Iniciativa Ecosocialista sostiene que exactamente lo contrario es el caso. Una sociedad socialista (basada en la solidaridad, igualitaria) es independiente de un nivel de desarrollo particular de fuerzas productivas. Más aun, un alto nivel podría incluso ser un obstáculo para ese propósito.

6. ¡En el futuro (cercano)  la economía no solo no crecerá más, sino que inevitablemente disminuirá! Políticamente nos enfrentamos a la opción entre permitir que un caótico proceso de disminución caiga sobre nosotros o bien controlar y modelar ese proceso conscientemente. En nuestro sentido, eso significaría controlarlo y modelarlo de manera justa y solidaria. La economía tendrá que reducirse hasta alcanzar el estado de un equilibrio estable (steady state).

7. Tal proceso de decrecimiento no puede ser realizado dentro del marco de relaciones capitalistas. En términos económicos corrientes, será equivalente a una profunda depresión. Es decir que habrá una destrucción de capital, muchas ramas de las industrias decaerán, mientras que el derrumbe de las tasas de rentabilidad alejará a las inversiones privadas. Una economía que encoge está en contradicción con el imperativo inmanente del capitalismo de crecer. Esto es, el proceso de desmantelamiento gradual de la estructura industrial solo podrá ser organizado más allá del capitalismo y, probablemente, desafiando su esperable resistencia.

8. Bajo la condición de recursos escasos o en merma, los mecanismos de mercado ya no funcionan efectivamente. Una economía de mercado tan solo funciona efectivamente –suponiendo que alguna vez fuera el caso- cuando todos los participantes puedan reaccionar con flexibilidad y adecuadamente frente a las señales del mercado. Pero la escases de recursos indican que, en ese campo, tendríamos que operar con mercados de vendedores. Entonces correríamos el riesgo de una fallida asignación de recursos muy seria. En consecuencia: recursos escasos no fluirían entonces hacia las áreas de la economía que nosotros, como sociedad, consideremos esenciales y deseables, sino hacia donde hay mayor capacidad de compra. Bajo condiciones de escases, el mercado no es capaz de garantizar un mínimo de justicia social. Esto quiere decir que en vez de mecanismos de mercado necesitaremos planificación consciente, controles cuantitativos, control de precios, sistemas adjudicación de cuotas o derechos, etc.

9. Durante la primera fase de transformación de la economía –la etapa de decrecimiento- es inevitable que el estado tenga un rol preponderante. Ésta, por supuesto, no es una representación ideal. Preferentemente, la planificación debería ser lo más descentralizada posible, con una máxima participación de los involucrados, y con el máximo grado de autosuficiencia/autarquía de las comunidades locales. Es por esto que los abordajes “desde abajo hacia arriba”, en el sentido de una economía basada en la solidaridad, serían de importancia central para el período de transición.

10. Una economía ecosocialista se caracterizaría por un fuerte énfasis en lo local y lo regional, y restringiría fuertemente el comercio de larga distancia. Se caracterizaría por una mayor intensidad laboral (la productividad actual es, en gran medida, solo el reverso del hiperconsumo energético), una división del trabajo mucho menor y un alto grado de autosuficiencia.

11. A la luz de esta perspectiva respecto al futuro, lo que es importante ahora es: a) desarrollar estrategias concretas de salida. Esto es, vislumbrar con cuales pasos políticos un futuro gobierno ecosocialista podría desmantelar la estructura industrial dentro del espíritu de la solidaridad y b) en relación a esta conexión, debemos examinar si ciertas propuestas de políticas “izquierdistas” son compatibles con una perspectiva ecosocialista.

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