«el anhelo individual de reversibilidad de los procesos irreversibles»

Lo único irreversible que hay en el cosmos son los efectos del principio de entropía. Corolario: no existen logros ni conquistas humanas irreversibles. (Ni a escala social, la de las luchas emancipatorias, ni a escala personal, la de la mejora ética.) Por dura que resulte, ésta es la perspectiva que deberíamos adoptar… Traigo a colación a dos de los grandes del siglo XX, Kenneth Rexroth y Jean Améry (vale decir Hans Chaim Mayer), en ese orden.

“Como poema, Yo y tú [de Martin Buber] es muy bonito. Pero su avidez metafísica lo aparta de la categoría del arte más elevado. Entre los seres humanos no hay una necesidad absoluta. Darse cuenta de ello es lo que hace que Homero y los trágicos griegos sean mucho más acertados que la Biblia o el Nuevo Testamento. El amor no dura siempre, los amigos se traicionan los unos a los otros, la belleza se marchita, los poderosos resbalan en la sangre y las ciudades arden. Los valores fundamentales son el amor, la amistad, el coraje, la magnanimidad y la gentileza, pero es un fundamento limitado, y dura poco tiempo, pues depende de la inestabilidad del ser humano y de los caprichos de la naturaleza ‘considerada como un Tú’.”

“Ilustración. He aquí nuestro santo y seña, [pero] ¿dónde está escrito que la Ilustración deba ser desapasionada? (…) El concepto de Ilustración incluye no sólo la mera deducción lógica y verificación empírica, sino también la voluntad y la capacidad de especulación fenomenológica, de empatía, de acercamiento a los límites de la ratio. Sólo cumpliendo la ley de la Ilustración, y al mismo tiempo sobrepasándola, alcanzaremos espiritualmente espacios en que la raison no se agota en el simple cálculo.”

A la pregunta: ¿y cuánta verdad podemos soportar?, el poeta y arquitecto Joan Margarit contestó: “Toda. A la larga es lo único soportable. La lucidez no es gran cosa, pero no tenerla es todavía peor.”