Se desencantan y decepcionan y tiran la toalla quienes creen que vivimos en un mundo casi paradisíaco; que no falta tanto para construir un paraíso. Quienes sabemos que vivimos en el infierno –pero que no todo es infierno en el infierno, y que se trata entonces de identificar lo que no es infierno dentro del infierno, para cuidarlo y darle espacio— no podemos desencantarnos.