En las facultades de «ciencias» económicas y empresariales enseñan a la gente que somos, simultáneamente, calculadores egoístas hiperracionales (el Homo economicus que campa por sus respetos en los departamentos de microeconomía) e irracionales menores de edad fácilmente manipulables por quienes dominan el arte de estimular los deseos (en los departamentos de marketing prometen enseñar esas técnicas). Pero no parece preocuparles demasiado la contradicción…