El mundo como circo de gladiadores: eso es lo que te ofrece el capitalismo, por más que lo disfrace. Si puedes escapar, no lo dudes ni un segundo. Y no olvides las palabras del viejo sabio: “Quien es consciente de los límites de la vida sabe cuán fácil de obtener es aquello que clama el dolor por una carencia y lo que hace lograda la vida entera. De modo que para nada necesita cosas que traen consigo luchas competitivas” (Epicuro, Máximas capitales 21).
Albert Einstein consideraba que la competición era “una espantosa forma de esclavitud, tan mala como la pasión por el poder y el dinero”.[1] Dejar atrás las luchas competitivas… Todo lo humano que vale la pena viene de la conversación.
[1] Citado en Thedore Zeldin, Los placeres ocultos de la vida, Plataforma Editorial, Barcelona 2015, p. 158.
