El movimiento en espiral permite menos certidumbres que la marcha en línea recta, pero en cambio propicia el tipo de negociación fructífera en la que el tiempo no obra en contra de la vida.
El tiempo que todo lo arrasa; el tiempo que todo lo carga de sentido; el tiempo que permite construir.
Atesorar recuerdos… ¿Todos los recuerdos? No: sobre todo aquellos que son en sí mismos indicaciones de un futuro viable, un futuro sustentable, un futuro dichoso. Nayra-pacha:[1] el pasado comunica con el porvenir (quizá en un movimiento en espiral).
[1] Nayra-pacha es (en la cosmovisión de los pueblos andinos) el pasado-como-futuro, preñado de posibilidades que contradicen el tiempo cerrado de la Modernidad colonial. Según Armando Muyolema, “en el mundo andino este concepto une lo que en las teorías occidentales viene a ser la memoria y la utopía. El pasado preñado de presente y de por-venir. El pasado que encierra una promesa de transformaciones en el orden de la vida. Con Gustavo Gutiérrez diríase que se trata de una ‘memoria profética’ que predispone el ánimo hacia la lucha”. Citado en Pablo Uc, Tinku y Pachakuti: geopolíticas indígenas originarias y Estado plurinacional en Bolivia, CLACSO/ Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez (Chiapas) 2019, p. 29.