el sendero del polen de la belleza

El camino de la vida, el dharma existencial y cósmico, lo llamaban los indios navajos –lo recuerda Joseph Campbell– el sendero del polen de la belleza.[1] Ernesto Cardenal recogió esta canción-oración de los navajos en su Antología de poesía primitiva:[2]

“Dichoso pueda caminar./ Dichoso con abundantes nubes negras pueda caminar./ Dichoso con abundantes lluvias pueda caminar./ Dichoso con abundantes plantas pueda caminar./ Dichoso por un sendero de polen pueda caminar./ Dichoso pueda caminar./ Igual como fue en días lejanos ahora pueda caminar./ Todo sea bello delante de mí./ Todo sea bello detrás de mí./ Todo sea bello debajo de mí./ Todo sea bello arriba de mí./ Todo sea bello alrededor de mí./ En belleza esto termina./ En belleza esto termina.”[3]

 

 

[1] Campbell, El vuelo del ganso salvaje. Exploraciones en la dimensión mitológica, Kairós, Barcelona 2019, p. 48.

[2] Cardenal, Antología de poesía primitiva, Alianza, Madrid 1979, p. 106.

[3] Otra versión, que se encuentra en internet, dice así: “Por el sendero marcado por el polen, caminaré/ con saltamontes entre mis pies, caminaré/ con rocío sobre mis pies, caminaré/ con belleza, caminaré/ con belleza ante mí, caminaré/ con belleza detrás de mí, caminaré/ con belleza encima de mí, caminaré/ con belleza debajo de mí, caminaré/ con belleza alrededor mío, caminaré/ en la vejez, vagando por un sendero de belleza, alegremente caminaré/ en la vejez, vagando por un sendero de belleza, volviendo a vivir, caminaré/ todo ha sido hecho con belleza”.