inesperadas conexiones entre nietzsche y gramsci

Tiene interés reparar en que la fórmula “pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad”, que la tradición comunista del siglo XX recoge de Antonio Gramsci, la hallamos anteriormente en el filósofo pragmatista estadounidense John Dewey! (Véase su libro Ethics, ed. de 1908, p. 371; citado en Hilary Putnam, Ética sin ontología, Alpha Decay, Barcelona 2013, p. 29.) Putnam ha subrayado que Dewey no era alguien con una fe ciega en el progreso, sino más bien un optimista estratégico (Ética sin ontología, op. cit., p. 30).

El erudito nietzscheano Paolo d’Iorio apunta que Gramsci había recogido esa divisa de Romain Rolland, quien muy probablemente la extrajo a su vez del libro de memorias de Malwida von Meysenburg Der Lebensabend einer Idealisten. Esta mujer era una aristócrata alemana, amiga de los Wagner, que facilitó la larga y decisiva estancia de Nietzsche en Sorrento en 1876. Una de las lecturas comunes en las veladas en aquel club de “espíritus libres” fueron los apuntes de clase que un estudiante de Basilea (Louis Kelterborn) había tomado del curso sobre historia de la civilización griega de Jakob Burckhardt, que Nietzsche iba comentando. Burckhardt había proporcionado a sus estudiantes esta definición del ser del pueblo griego: “Pesimismo de la concepción del mundo y optimismo del temperamento”. De manera que “el origen de la célebre fórmula empleada por Gramsci se ha de buscar, entonces, en el comentario oral que Nietzsche había hecho al texto de Burckhardt durante esas veladas nocturnas de lectura en Sorrento, delante de la chimenea del salón de Villa Rubinacci” (Paolo d’Iorio, El viaje de Nietzsche a Sorrento, Gedisa, Barcelona 2016, p. 80).