Nos da miedo intuir que las “ventanas de oportunidad” para evitar lo peor, que estuvieron abiertas durante cierto tiempo en el siglo XX, se han cerrado ya, y que asistimos a una terrible dinámica de inversión temporal: tiempos muy rápidos para la degradación ecológica, tiempos muy lentos para los cambios sociales que podrían ayudarnos… Aquí estamos, esperando con temor las últimas noticias sobre tipping points biosféricos y vuelcos climáticos mientras el Gobierno del Reino de España privatiza los últimos restos del sector público aún existentes (ahora, en 2014, los aeropuertos).