¿irreversible? degradación del adjetivo «sostenible»

En la primavera de 2012, controversia sobre la urbanización de la zona de la playa de Valdevaqueros, una de las últimas más o menos vírgenes en el litoral español. Pertenece al municipio de Tarifa; el alcalde, Juan Andrés Gil, querría construir chalés y hoteles sobre 84.000 metros cuadrados, y argumenta que el proyecto es sostenible “porque las viviendas sólo podrán tener dos plantas y los hoteles tres” (Manuel Planelles, “Salvar la playa o salir del paro”, El País, 31 de mayo de 2012). ¿Se puede caer más bajo en la progresiva degradación del adjetivo sostenible?