(Pero, querido Juanjo, ¿cómo podría la ética no ser sociológica, histórica, psicológica, neurológica, antropológica y darwinianamente evolutiva? Si el ser humano es sociológico, histórico, psicológico, neurológico, antropológic0 y darwinianamente evolutivo, ¿cómo no lo sería la ética, que trata de sus conductas reales y posibles, feas y hermosas, reprensibles y exigibles? Lo verdaderamente extraordinario sería que la ética no fuera todo eso… El problema suele estar en el reduccionismo descendente que practican algunos científicos poco avisados. Si las propiedades emergentes en un sistema -pongamos, el ser humano en sus nexos con los demás seres humanos- nos hacen subir algún peldaño de la escalera de la vida, ¿por qué deberíamos aferrarnos al dogma de que sólo son reales los peldaños de abajo, y no los de arriba?)
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La ética y todo lo demás
1. Cuenta Salvador Giner en un libro reciente, El origen de la moral, que la ética es un fenómeno sociológico. Cuenta, por supuesto, muchas otras cosas, pero esta parece ser una de las tesis centrales. No es de extrañar, dado que Giner es sociólogo, pero es que también afirma que la moral es radicalmente histórica. Si se lee rápido, todo esto puede darse por bueno sin más, o, por el contrario, considerarse una aberración, si es que partimos de una defensa de la absoluta pureza de la ética. El asunto, nos parece, merece una segunda mirada a la vista de la diversidad de contenidos de los distintos códigos éticos que han funcionado y de los que siguen funcionando, y de la incapacidad de diálogo que muestran la mayor parte de los modelos teóricos.
Busquemos también en otra parte, por ejemplo, en los movimientos asociativos, los CSA, el llamado movimiento autónomo, que funciona y produce dinámicas reales de diálogo en condiciones que tienden a la igualdad, aunque no lleguen a la pureza prístina. En proyectos como estos se puede esperar la producción de un conocimiento cuyos orígenes sociológicos o históricos no sean – o no completamente – determinantes de lo ético, puesto que se trata de un conocimiento que es consciente de sus limitaciones y las usa inteligentemente. Por ejemplo: si la sociedad de masas impide la comunicación y bloquea la discusión en favor de unas élites socio-económicas, juntémonos de diez en diez, o de veinte en veinte para controlar ese factor. La definición de los múltiples factores que pueden afectar a la racionalidad ética no siempre será tan obvia y su articulación con el conocimiento objetivo exigirá mecanismos complejos, pero esto no debería impedirnos ver esto como una alternativa que tenemos delante.
- Fuente: http://politicasypolitica.blogspot.com.es/2013/10/la-etica-y-todo-lo-demas.html, y http://politicasypolitica.blogspot.com.es/2013/10/la-etica-y-todo-lo-demas-segundo-intento.html