Como podemos antes imaginarnos el final del mundo que el final del smartphone, la devastación de la biosfera –y con ella la autoaniquilación del ser humano— va a proseguir hasta sus últimas consecuencias (o quizá –si hay suerte— sólo hasta las penúltimas…). No es una fatalidad –depende de lo que hagamos y dejemos de hacer, y somos animales con libre albedrío—, pero es lo que desgraciadamente va a suceder. Me impresionó el punto de vista sobre internet y la cultura humana del ecólogo de la Universidad de Florida Mark T. Brown.
Si uno piensa, como el profesor Mark T. Brown, que internet es lo más valioso que ha creado el ser humano, entonces estará dispuesto a construir centrales nucleares para que la World Wide Web pueda seguir activa en un mundo de recursos escasos[1] (nuestro mundo en el Siglo de la Gran Prueba).
[1] Comunicación personal, Valencia, 7 de octubre de 2014 (en el marco del Simposio internacional “¿Mejor con menos? Decrecimiento, austeridad y bienestar”, 6, 7 y 8 de octubre de 2014, Facultat de Ciències Socials de la Universitat de Valencia). Brown dirige el Center for Environmental Policy de la Universidad de Florida, y es uno de los más distinguidos expertos mundiales en el análisis de sistemas en términos emergéticos: véase http://www.cep.ees.ufl.edu/emergy/resources/presentations.shtml