la poesía ¿una forma de resistencia?

Si uno piensa que la poesía no tiene una función, sino muchas –aceptemos provisionalmente que esta perspectiva más o menos instrumental resulta adecuada para la poesía, lo cual podría cuestionarse a su vez–, resultaría extraño que la poesía supusiese siempre y en todo contexto una forma de resistencia. No hay más que pensar en la distancia que media entre el “yo celebro” de Rilke –donde el poeta pronuncia algo así como un extático frente a la existencia y el mundo, a pesar de los aspectos tenebrosos, crueles y abismales que no se desconocen— y la sobrecarga significante de los poemas bajo condiciones de dictadura política –cuando vehiculan, por ejemplo, informaciones, opiniones, reflexiones y esperanzas que en una sociedad más abierta aparecerían en la prensa–. Sin duda, en diversos contextos la poesía sí que puede ser una forma de resistencia. Resistencia, por ejemplo, frente a la clausura de horizontes de sentido; frente a la tendencia a dejarnos caer a lo más bajo de nosotros mismos; frente a la identificación de lo dado con lo posible que propone el pensamiento único (there is no alternative); frente al nihilismo y la apología de la dominación que segrega, a modo de exudado cultural, el sistema socioeconómico dominante (el capitalismo neoliberal, fosilista, financiarizado y globalizado); frente a las tentaciones de la servidumbre voluntaria, el cinismo y la desesperanza.

Hacer arte y artesanía con el lenguaje nos enseña –debería enseñarnos— a hacer arte y artesanía con la vida, puesto que somos seres medularmente lingüísticos. Y ésta última es una tarea inesquivable… Nuestra vida, señala Zygmunt Bauman, “tanto si lo sabemos como si no, y tanto si nos gusta esta noticia como si la lamentamos, es una obra de arte. Para vivir nuestra vida como lo requiere el arte de vivir, como los artistas de cualquier arte, debemos plantearnos retos que sean (al menos en el momento de establecerlos) difíciles de conseguir de entrada (…). Tenemos que intentar lo imposible.

  • [respuesta a la encuesta sobre poesía y resistencia del grupo LyraCompoetics, Oporto, mayo de 2012]