Me escribe una de mis estudiantes de tercer curso:
«Tengo dudas cuando Antonio Turiel habla de que se trata de salvarnos a nosotros mismos como seres humanos. En efecto, explica que es difícil que la vida en su totalidad termine con nosotros y que, aunque la Tierra sea inhabitable para la humanidad, quizá albergue una condiciones propicias para los dinosaurios (por ejemplo). No alcanzo a comprender por qué debemos perpetuar a toda costa nuestra existencia como especie. Se me ocurre que quizá sería mejor (para la vida y la propia Tierra) que volviesen los dinosaurios. Me gustaría leer acerca esta cuestión y le agradecería mucho si pudiese darme alguna indicación.»
Contesté en estos términos: la vida seguirá adelante en la Tierra casi con toda seguridad (sólo hay un par de catástrofes cósmicas que podrían aniquilarla, del tipo: efecto de invernadero superreforzado y calentamiento climático desbocado que nos llevase a una situación como la de Venus; o choque de un cuerpo externo enorme que destruyese el planeta como tal). La vida en su nivel más básico (bacteriano) es casi indestructible, durante muchos cientos de millones de años (aparece, como límite lejano, la lenta transformación del Sol en su ciclo de vida).
La evolución no da marcha atrás, pero sin duda la vida volvería a desplegarse ocupando todos los nichos ecológicos si nosotros no estuviéramos. No volverán los dinosaurios… pero es que tampoco se fueron del todo: las aves son dinosaurios un poco transformados, también los reptiles actuales son como descendientes evolutivos. Estas perspectivas se exploraron en una conocida serie de televisión, y también en algunos libros:
https://es.wikipedia.org/wiki/La_Tierra_sin_humanos
Homo sapiens, pese a todos los problemas que causamos, ¿no aporta también algo valioso a la biosfera terrestre? Decía el gran geógrafo anarquista Elisée Reclus que «la humanidad es la naturaleza que toma consciencia de sí misma». La clase de consciencia humana, con nuestras capacidades de comprender y de amar, si lográsemos una inserción mejor en la biosfera ¿no sería deseable que perdurase?
Un libro muy bueno para situarnos biológicamente es Planeta simbiótico de Lynn Margulis (editorial Debate). Sobre las formas en que podría acabar la humanidad (sobre todo destruyéndose a sí misma), Nuestra hora final de Martin Rees (Crítica)
Ha desarrollado una ética ‘extincionista’ en la línea que sugiere esta estudiante Julio Cabrera en Crítica de la moral afirmativa (Gedisa).
A mí me gusta mucho La compasión difícil de Chantal Maillard (Galaxia Gutenberg).
Para la propuesta filosófica de Arne Naess, este ppt mío: http://tratarde.org/arne-naess-y-la-ecosofia-t/