«No dudan de movernos de burbuja en burbuja, de inflación de activos en inflación de activos, pero, y ahí está el quid de la cuestión, protegiendo la riqueza de las élites extractivas. Todo lo que ellos llaman reformas estructurales no son más que instrumentos destinados a continuar alimentando la mayor concentración de poder económico, político y mediático de los últimos cuarenta años
Sin embargo, el sistema financiero mundial ya no posee capacidad productiva alguna para generar suficientes ingresos que permitan mantener los valores actuales de los activos. Los mercados financieros globales se encuentran sobrevalorados, sobrecomprados, el optimismo de los inversores es irracional. Cuando aumente la aversión al riesgo este nuevo esquema Ponzi estallará, y el FMI nos dirá lo de siempre, un nuevo «shock exógeno» nos adentra en una fase recesiva…»