las mayores aventuras son posibles sin moverse de la habitación propia

Ejercicio espiritual (como los que rastreaba Pierre Hadot en la Antigüedad grecorromana, pensando en nuestro presente): deshacerse en todo lo posible de las categorías con que ordenamos la realidad para intentar ver a los seres “en bruto”. Tratar de sentir a tal persona, tal animal, tal objeto, en su singularidad radical, librándonos cuanto sea posible de prejuicios y preconceptos. Llegamos entonces a una terra incognita…