Con el rigor y la acribia que le caracterizan, Manuel Casal Lodeiro ha escrito una larga reflexión crítica sobre el libro de Héctor Tejero y Emilio Santiago Muíño Qué hacer en caso de incendio. Aquí un fragmento:
Precisamente en la p. 19 aborda Errejón la cuestión del cambio cultural: «El Green New Deal tiene que desplegarse acompañado de una ofensiva cultural y estética para producir un deseo de transición (…)». Nadie que conozca las bases del problema al que nos enfrentamos puede rechazar la necesidad de dicho cambio; el problema con el planteamiento de Errejón es que parece considerarlo secundario, accesorio e instrumental, un «acompañamiento», cuando en realidad es donde radica toda la base del problema y de la necesaria actuación. Dicha frase termina con una nueva revelación de tecnolatría que le lleva a creer en compatibilidades inviables: «(…) aspectos de un pasado más «humano» que en un proyecto ambicioso pueden ser conservados o recuperados al mismo tiempo que perfectamente conciliados con los avances tecnológicos que consiguen hacernos la vida más sencilla y la relación con el planeta más eficiente y menos depredadora». Eso no es un proyecto «ambicioso», es un proyecto imposible. En primer lugar porque esa «vida más sencilla» no nos la ha proporcionado la tecnología, sino en última instancia la disponibilidad de cantidades ingentes de energía de alta TRE (Tasa de Retorno Energético) a lo largo de más de siglo y medio, algo de lo que careceremos a partir de ahora. Por otro lado esas tecnologías no son angélicas, como puede desprenderse de esas loas y de esos deseos de «conciliación» del cofundador de Podemos, sino que han traído innumerables problemas ecológicos y sociales asociados a lo largo de toda la historia de la Era Industrial. Y, finalmente, aunque se pretenda compatibilizar la rehumanización y la sostenibilidad con la tecnología avanzada, es algo que está muy lejos de ser algo que pueda ser «perfectamente» conciliado. Muchas personas pensamos que es simplemente una quimera biofísica, pero al menos deberían reconocer Errejón y los autores del libro, con un mínimo de realismo, que sería un proyecto sumamente complicado y difícil. Si no, están continuando el histórico engaño que viene padeciendo la sociedad a lo largo de las últimas décadas, de que podremos resolver los gravísimos problemas ecosociales que padecemos y mantener, al mismo tiempo, un nivel similar de lujo energético y tecnológico.
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