malos además de estúpidos

“El ser humano no es malo: es estúpido”, piensa el novelista sueco Jonas Jonasson (en una entrevista de febrero de 2016). En realidad el asunto es más duro, diríamos (como en Colombia) que es tenaz: somos estúpidos (asombrosamente irracionales) y malos a la vez (xenófobos, dominadores, presos de esa desmesura culpable que los griegos llamaban hybris). Al mismo tiempo (¡ambigüedad esencial de lo humano!) también somos capaces de racionalidad y compasión. La gran cuestión es: una vez nos damos cuenta de que somos malos y estúpidos ¿qué hacemos con nosotros mismos? ¿Dejarnos caer a eso malo y estúpido que somos –que también somos, entre otras posibilidades-, o emprender la tarea de autoconstrucción –colectiva y personal?