marcoaureliando

“Examina siempre las cosas humanas como efímeras y carentes de valor: ayer, una moquita; mañana, momia o ceniza.” Aquí, el emperador filósofo derrapa y se sale de la carretera. Pues lo que se sigue de la intensa atención que los estoicos consagraban al presente es precisamente lo contrario: el infinito valor de la vida que intensamente vive un ser mortal.

“En medio de ese río [del acontecer universal], sobre el cual no es posible detenerse, ¿qué cosa entre las que pasan corriendo podría estimarse? Como si alguien empezara a enamorarse de uno de los gorrioncillos que vuelan a nuestro alrededor, y él ya ha desaparecido de nuestros ojos.” Pero ésa es la cuestión: nos enamoramos del gorrioncito aunque sólo compartamos un breve tiempo con él, y ese tiempo es indeciblemente valioso.