“Ya basta de escandalizarse porque entren los mercaderes en el templo”, repite varias veces Víctor de Lorenzo, eminente biólogo molecular del Centro Nacional de Biotecnología en Cantoblanco: que nos dejen trastear rentablemente con estos biobricks™ donde la ingeniería genética se sublima hasta “biología sintética”. “Cada idea tiene que ir acompañada por los derechos de propiedad intelectual”, se exalta el brillante empresario Mario Moretti, líricamente encendido a propósito del capitalismo cultural: los jóvenes emprendedores tienen que entender que a través de su cerebro pueden dominar el mundo. Y los diarios del Reino publican en primera página que están menudeando los asaltos a museos de ciencias naturales para robar los cuernos de los rinocerontes disecados: en el mercado negro son más valiosos que el oro. Capitalismo cultural, capitalismo emocional, capitalismo transhumanista e interplanetario: pura teología del Verdadero Dios Revelado. La esencia de todo ente es dinero, no hay otra realidad última. Cualquier actividad es instrumental en relación a la Creación de Valor. Amén, gloria, hosanna, amén y reamén.