Es incoherente, por parte del ecologismo social y los ecosocialismos, saludar con alegría las reivindicaciones de derechos de la naturaleza (iniciadas más bien desde América latina), o las propuestas amerindias andinas de buen vivir, y seguir rechazando las perspectivas europeas de deep ecology (desarrolladas entre otros por Arne Naess), que habría que entender precisamente como una temprana formulación de aquellas ideas ahora importadas de Abya Yala.