Si seguimos presos del objetivo de incrementar a ultranza las fuerzas productivas –y recordemos que la principal de las fuerzas productivas es el propio ser humano: esto atañe por tanto a la demografía de nuestra especie–, hablar de la “salvación del planeta” o de ecosocialismo será mera retórica, flatus vocis o cortina de humo.[1]
[1] “El crecimiento poblacional nuestro es vertiginoso, y es bueno que sea así porque Venezuela, algún día, debe tener cincuenta millones de habitantes, ochenta millones de habitantes”, declaraba el comandante Hugo Chávez en Ahora la batalla es por el sí – Discurso de presentación del Proyecto de Reforma Constitucional ante la Asamblea Nacional, Caracas, miércoles 15 de agosto de 2007 (Colección Discursos Presidenciales de la Biblioteca Construcción del Socialismo, Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, Caracas 2007, p. 62). En 1990 la población de Venezuela ascendía a 19’7 millones de habitantes; así, Chávez estaba proponiendo cuadruplicar la población del país en algunos decenios. ¿Cómo puede pensarse que esa política es coherente con el quinto gran objetivo histórico del Plan de la Patria redactado por el propio Chávez y aprobado como política de Estado en 2013 –a saber, “contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”? (Puede consultarse en http://blog.chavez.org.ve/Programa-Patria-2013-2019.pdf ). Para la salvación de la especie humana, ésta debe autolimitar –entre otras magnitudes— su crecimiento demográfico…