Vemos fragmentos en vez de totalidades complejas; recursos, en lugar de seres con una vida por vivir; oportunidades de lucro en vez de redes de vínculos. Esta mirada distorsionada crea la cultura biocida con la que destruimos el mundo y nos autodestruimos. Urge, como decimos desde Ecologistas en Acción, cambiar las gafas para mirar el mundo.