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La CONFENIAE ante el anuncio de explotación del Yasuní ITT
Franco Viteri Gualinga
La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana CONFENIAE, que aglutina a 21 organizaciones y federaciones de 11 nacionalidades amazónicas, frente a la decisión gubernamental de dar por terminada la iniciativa Yasuní ITT, expresa lo siguiente:
La profundización de la política extractivista del actual régimen –que supera a los gobiernos neoliberales del pasado- ha dado lugar a sistemáticas violaciones de nuestros derechos fundamentales y ha generado una serie de conflictos socio ambientales en las comunidades indígenas de toda la región amazónica. La historia lo demuestra: hace 40 años se exterminó al pueblo Tetete con el inicio de la actividad petrolera en el nororiente ecuatoriano; en la actualidad se está exterminando a los pueblos Tagaeri y Taromenane en el auge de una supuesta revolución ciudadana.
Esto ocurre mientras puertas afuera se patrocina la imagen del Ecuador por poseer una de las constituciones más avanzadas del mundo, que reconoce los derechos colectivos de los pueblos indígenas, en especial, su derecho a la consulta libre, previa e informada, los derechos de la naturaleza, el Sumak Kawsay, entre otros. No obstante, cuando los intereses de los grandes capitales entran en juego, los gobernantes a través de sus órganos de dominación jurídica, no tienen el menor empacho en reformar las leyes, para legalizar el robo, el saqueo y la violación de derechos humanos.
En contraste, la propuesta de los pueblos indígenas siempre ha sido la preservación del medio ambiente, el uso y aprovechamiento consciente de los recursos naturales, la defensa y cuidado de nuestra madre naturaleza y una convivencia equilibrada entre ella y los seres humanos, un equilibrio que nos permita practicar en los hechos, y no solo en el discurso, el verdadero Sumak Kawsay, como nuestra historia milenaria y presente lo demuestra. Son los territorios donde habitamos los pueblos indígenas aquellos que mantienen limpios sus ríos, lagunas, cascadas, vertientes y bosques; por el contrario, son aquellos territorios donde han penetrado las petroleras, mineras, madereras, agro negocios y demás, aquellas zonas donde se ha limpiado el manto verde de nuestra selva amazónica y se lo ha convertido en agujeros entregados al saqueo y voracidad de las empresas extractivas del país y del mundo.
Por tanto, nuestra lucha siempre ha sido, es y será por la defensa de nuestros territorios frente al extractivismo, punta de lanza para la acumulación del gran capital y por tanto, la profundización del sistema capitalista que oprime no solo al ser humano, sino también a la naturaleza y todos sus seres.
El anuncio del Presidente Correa de poner fin a la iniciativa de conservar el Yasuní ha sido una muestra mas del carácter neoliberal, pro imperialista y entreguista del actual régimen ante los designios de los nuevos poderes hegemónicos europeos, asiáticos y norteamericanos. Ratifica lo que ya habíamos venido anticipando en repetidas ocasiones: nunca el gobierno estuvo realmente comprometido con la conservación de la naturaleza, mas allá de la campaña publicitaria y mediática montada ante el mundo para mostrar lo contrario; siempre tuvo una ficha que jugar bajo la manga, siempre mantuvo un doble discurso que enverdeció mientras servía para convencer a quienes pensaron que sus propuestas habían sido tomadas en serio, obteniendo así apoyo popular para ratificarse en el poder. Cabe recordar además que la Iniciativa de dejar bajo tierra el petróleo a cambio de recaudar fondos como parte de una deuda ecológica de los países industrializados, fue una iniciativa del movimiento indígena y sectores ambientalistas, en la cual se basó el gobierno de Correa en el 2007 para plantear la iniciativa Yasuní ITT.
Ante estos hechos, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana CONFENIAE, se declara en alerta y vigilia permanente por la defensa de nuestros derechos territoriales. Está en juego la supervivencia de pueblos no contactados que en meses pasados sufrieron en carne propia los embates de la práctica extractiva en el Yasuní; la historia se repite, estamos a puertas de un nuevo etnocidio por parte de los gobernantes y ante ello, desde todos los rincones de la Amazonía, las nacionalidades indígenas nos mantendremos vigilantes por nuestro territorio, principal legado para el equilibro ambiental a nivel planetario para las presentes y futuras generaciones.
Nuestra lucha es sin cuartel por la defensa de la selva y de la vida; los pueblos indígenas no tenemos cartas ocultas que esconder, no tenemos caretas que ocultan nuestros principios de vida. Luchamos frontalmente por la vida, sin dobles discursos, junto a nuestras bases que desde cada centro, comunidad, asociación, federación y organización están dispuestas a defender su casa, su tierra, la esencia de su vida.
Esto ocurre mientras puertas afuera se patrocina la imagen del Ecuador por poseer una de las constituciones más avanzadas del mundo, que reconoce los derechos colectivos de los pueblos indígenas, en especial, su derecho a la consulta libre, previa e informada, los derechos de la naturaleza, el Sumak Kawsay, entre otros. No obstante, cuando los intereses de los grandes capitales entran en juego, los gobernantes a través de sus órganos de dominación jurídica, no tienen el menor empacho en reformar las leyes, para legalizar el robo, el saqueo y la violación de derechos humanos.
En contraste, la propuesta de los pueblos indígenas siempre ha sido la preservación del medio ambiente, el uso y aprovechamiento consciente de los recursos naturales, la defensa y cuidado de nuestra madre naturaleza y una convivencia equilibrada entre ella y los seres humanos, un equilibrio que nos permita practicar en los hechos, y no solo en el discurso, el verdadero Sumak Kawsay, como nuestra historia milenaria y presente lo demuestra. Son los territorios donde habitamos los pueblos indígenas aquellos que mantienen limpios sus ríos, lagunas, cascadas, vertientes y bosques; por el contrario, son aquellos territorios donde han penetrado las petroleras, mineras, madereras, agro negocios y demás, aquellas zonas donde se ha limpiado el manto verde de nuestra selva amazónica y se lo ha convertido en agujeros entregados al saqueo y voracidad de las empresas extractivas del país y del mundo.
Por tanto, nuestra lucha siempre ha sido, es y será por la defensa de nuestros territorios frente al extractivismo, punta de lanza para la acumulación del gran capital y por tanto, la profundización del sistema capitalista que oprime no solo al ser humano, sino también a la naturaleza y todos sus seres.
El anuncio del Presidente Correa de poner fin a la iniciativa de conservar el Yasuní ha sido una muestra mas del carácter neoliberal, pro imperialista y entreguista del actual régimen ante los designios de los nuevos poderes hegemónicos europeos, asiáticos y norteamericanos. Ratifica lo que ya habíamos venido anticipando en repetidas ocasiones: nunca el gobierno estuvo realmente comprometido con la conservación de la naturaleza, mas allá de la campaña publicitaria y mediática montada ante el mundo para mostrar lo contrario; siempre tuvo una ficha que jugar bajo la manga, siempre mantuvo un doble discurso que enverdeció mientras servía para convencer a quienes pensaron que sus propuestas habían sido tomadas en serio, obteniendo así apoyo popular para ratificarse en el poder. Cabe recordar además que la Iniciativa de dejar bajo tierra el petróleo a cambio de recaudar fondos como parte de una deuda ecológica de los países industrializados, fue una iniciativa del movimiento indígena y sectores ambientalistas, en la cual se basó el gobierno de Correa en el 2007 para plantear la iniciativa Yasuní ITT.
Ante estos hechos, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana CONFENIAE, se declara en alerta y vigilia permanente por la defensa de nuestros derechos territoriales. Está en juego la supervivencia de pueblos no contactados que en meses pasados sufrieron en carne propia los embates de la práctica extractiva en el Yasuní; la historia se repite, estamos a puertas de un nuevo etnocidio por parte de los gobernantes y ante ello, desde todos los rincones de la Amazonía, las nacionalidades indígenas nos mantendremos vigilantes por nuestro territorio, principal legado para el equilibro ambiental a nivel planetario para las presentes y futuras generaciones.
Nuestra lucha es sin cuartel por la defensa de la selva y de la vida; los pueblos indígenas no tenemos cartas ocultas que esconder, no tenemos caretas que ocultan nuestros principios de vida. Luchamos frontalmente por la vida, sin dobles discursos, junto a nuestras bases que desde cada centro, comunidad, asociación, federación y organización están dispuestas a defender su casa, su tierra, la esencia de su vida.
Puyo, 20 de agosto de 2013
Franco Viteri Gualinga. Presidente de la CONFENIAE
Franco Viteri Gualinga. Presidente de la CONFENIAE