Madrid- Barcelona- París- Hamburgo- Malmö- Copenhague- Kivik- Kalmar- Estocolmo- Gotemburgo- Kiel- Bremen- París- Barcelona- Madrid… En tren, autobús y barco. Viajar no es teletransportarse –aunque en esa fantasía toma cuerpo, sin duda, el ideal de la mayoría de nuestros contemporáneos… Lo cual contribuye a explicar el demencial culto a la velocidad que tan llamativamente caracteriza a esta época.
El viaje en barco, autobús y tren no trata de anular las distancias, sino de vivirlas.