organizar el descontento

Organizar el descontento es una tarea humana importante (y muchas veces ingrata): es la que asume el militante. Nos hace falta perder tanto tiempo en eso porque algunos no cejan en su empeño por dominar a los demás.

Pero las tareas humanas más importantes son otras. La militante tiene buenas razones para detestar a quienes fuerzan a los demás a semejante desperdicio de tiempo –tiempo, la tan escasa materia de la vida— y energía. Distrayéndonos de esa forma de lo que sí importa: renunciar a la dominación, pacificar nuestra existencia, asumir nuestra finitud.

Darse cuenta de que uno es frágil, y no querer dominar al otro; darse cuenta de que uno muere, y no querer matar al otro. (Las mujeres son mejores que los varones en estas tareas esenciales.)