otra pequeña tienda echa el cierre

Cierra la tiendecita de electrodomésticos de Cercedilla, donde estuve a punto de comprar una lavadora cuando me mudé al pueblo a comienzos de enero (finalmente no hizo falta porque la señora Isabel, que me vendía el piso, me vendió también la suya de segunda mano). Otro episodio del mismo fenómeno global: se asfixia al pequeño comercio local mientras se crean gigantescos monopolios basados en el comercio electrónico. Y nos conminan a que nos “reinventemos” mientas avanzamos en desbocada carrera hacia el abismo.

Se puede completar el panorama añadiendo que los accidentes de tráfico con furgonetas han aumentado mucho en los últimos años debido precisamente a ese auge del comercio electrónico y a las precarias condiciones laborales de los repartidores, quienes reconocen trabajar con vehículos deficientes y conducirlos bajo el estrés de llegar a tiempo a las entregas. Según un estudio reciente, desde 2011 hasta 2015 los accidentes con al menos una furgoneta implicada aumentaron un 41%, produciendo 935 muertos y casi 4.600 heridos graves.[1] Tantos cientos de víctimas en el altar de lo que por inercia demasiada gente sigue llamando “progreso”…

 

[1] “Repartidores en riesgo de accidente: furgonetas viejas y estrés por entregar”, La Vanguardia, 24 de abril de 2018; https://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20180424/442948978820/repartidores-en-riesgo-de-accidente-furgonetas-viejas-y-estres-por-entregar.html