Discutimos (por ejemplo dentro de Ecologistas en Acción) sobre si emplear o no la palabra “colapso”… Pero si el problema fuese sólo el sustantivo más adecuado para indicar el rumbo que de hecho siguen las sociedades industriales, no habría problema. Podríamos llamarlo “patatús” por ejemplo (es el nombre con que se ha autobautizado un colectivo zaragozano para la investigación y acción sobre el colapso ecológico y social, colectivo que se creó en 2017). Mas la cuestión de fondo son los marcos de análisis que se hallan detrás de la negativa a emplear un término como colapso: y a menudo sucede que, tras esa negativa, sigue alentando la ilusión de la posibilidad de un “desarrollo sostenible” dentro de los parámetros del sistema, o de una “economía verde” que no cuestione el capitalismo, o de una “transición 100% renovable” que no implique un uso de energía primaria muy inferior al actual… Si nos deshacemos de esa clase de ilusiones y atendemos al mejor conocimiento disponible sobre la trayectoria que siguen nuestras sociedades ¿por qué no vamos a emplear la palabra colapso?