«Yo trabajo con datos», me decía hace un rato en un bar de Quito, una y otra vez, uno de los hacktivistas del cogollito de Acampada Sol que ha colaborado en investigaciones recientes con Manuel Castells sobre las «revoluciones indignadas» (y ahora está en Ecuador colaborando con la «Revolución Ciudadana», ¡bravo!). Según sus investigaciones -escrutando los Big Data de Twitter-, el 15 M habría provocado una «politización masiva» en la población española, que alcanzaría a entre 6 y 8 millones de ciudadanos/as. Mi escepticismo no le hacía mella: «¡Yo trabajo con datos!»
6-8 millones de personas son la quinta parte de la población española. Con ese porcentaje de población realmente politizada, ya habríamos derribado al gobierno hace mucho… Veamos un ejercicio sencillo. En un campus universitario como el de la UAM, deberían estar politizados más de una quinta parte de los y las estudiantes (se trata de jóvenes universitarios: sin duda más sensibles a la politización vía 15 M que los jubilados sin estudios superiores, pongamos por caso). Así que, de unos 25.000 estudiantes, digamos que como mínimo siete mil deberían estar politizados, ¿verdad? Pero cualquiera que haya participado en las movilizaciones, o más bien los intentos de movilización, que hemos llevado a cabo en ese bendito campus durante los dos últimos años sabe que no hay más de 300-400 estudiantes que realmente estén politizados -por ejemplo para luchar en favor de una universidad pública democrática.
Estudiantes politizados no quiere decir mozos y mozas que retuiteen una broma sobre Wert: quiere decir gente que participe en asambleas, en cortes de carreteras, en acampadas, en clases en las plazas, en ocupaciones de rectorados, en la preparación de las huelgas. Esos estudiantes, desgraciadamente, hoy por hoy se cuentan por decenas, no por miles.
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[Y sobre lo anterior me comentaba mi amigo Antonio Orihuela:]
Hermano, qué hermoso refugio el de los números para hacer que la realidad se ajuste a ellos (…). De los ciento y pico de estudiantes que recibían de manos del ministro Wert su premio, sólo doce se negaron a darle la mano… De los más de cien mil parados extremeños apenas setecientos participaron en la marcha contra el paro del domingo pasado -y mirando los que allí estábamos, muchos de nosotros trabajadores, está claro que aún eran menos los parados interesados por su suerte. De las 1500 personas que se van a beneficiar de la puesta en marcha de la renta básica en Extremadura en su primer tramo, apenas cinco o seis han tomado parte activa en las marchas, protestas y acampadas que la han hecho posible… Pero es que los números son tan higiénicos, tan limpios, tan ajenos al mundo que quién podría resistirse a ellos…
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[Y otra nota -tomada de otro blog- que me envía mi amiga Beatriz Rivela:]
Anakore dijo:
3.500 alumnos de la Universidad Complutense han sido expulsados por no haber pagado la totalidad de su matrícula este curso. De ellos sólo 90 (redondeando) han reclamado. Y, lo que es más preocupante, sólo uno de los 3.500 se ha encerrado en el Rectorado. El resto de los encerrados (unos sesenta), evidentemente han luchado por aquellos sin, en principio, tener por qué. Han luchado por los derechos de TODOS Y TODAS, en plena época de exámenes; han pedido tres cosas y conseguido las dos primeras: que se reinserte a todos los alumnos expulsados, que se aplace el pago hasta septiembre y que se cree un fondo de ayuda (esto último no se ha conseguido). ¿Qué no se hubiera conseguido si se hubieran encerrado los 3.500? Yo me pregunto ¿de qué vale tanta inteligencia si no entendemos en qué mundo vivimos y luchamos por mejorarlo?, ¿de qué sirve vivir si no miramos más allá de nuestro ombligo?, ¿para qué llorar si dejamos que nos lobotomicen como a corderitos? Hablamos mucho pero ¿hasta qué punto nos implicamos. Ni siquiera para ir a votar nos hemos movido ¿o sí?…