¿Podemos controlar la Megamáquina –por emplear el término que acuñó Lewis Mumford en Técnica y civilización, hace ya decenios?
La respuesta es no –debería resultar obvio a estas alturas del siglo XXI. (Pero ello no puede suponer un pretexto para renunciar a un poco de dominio sobre nosotros mismos.)
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EL CONSENSO CIENTÍFICO
SOBRE EL MANTENIMIENTO DE LOS SISTEMAS VITALES BÁSICOS
PARA LA HUMANIDAD EN EL SIGLO XXI
–Puntos esenciales para los tomadores de decisiones (fragmento)
«La Tierra se está acercando rápidamente a un punto de inflexión [tipping point; también podría traducirse por “punto de vuelco”]. Los impactos humanos están causando alarmantes niveles de daño a nuestro planeta. En cuanto científicos que estudiamos la interacción de la gente con el resto de la biosfera mediante una amplia gama de enfoques, estamos de acuerdo en que la evidencia de que los seres humanos están dañando los sistemas vitales básicos [life-support systems] es abrumadora.
Convenimos además en que, a tenor de la mejor información científica disponible, la calidad de la vida humana va a sufrir una degradación sustancial para el año 2050 si continuamos en nuestro camino actual.
La ciencia demuestra de manera inequívoca los impactos humanos de interés crucial:
• Disrupción del clima – el cambio climático más fuerte y más rápido desde que la especie humana habita este planeta.
• Extinciones – desde que los dinosaurios se extinguieron no habían desaparecido tan rápido tantas especies y poblaciones, tanto en tierra firme como en los océanos.
• Pérdida de diversos ecosistemas en bloque – hemos arado, pavimentado, asfaltado o artificializado de otras formas más del 40% de las tierras libres de hielo, y no hay lugar en la tierra o en el mar está libre de nuestras influencias directas o indirectas.
• Contaminación – los contaminantes ambientales en el aire, el agua y la tierra están en niveles récord y siguen aumentando, perjudicando gravemente a las personas y la vida silvestre de maneras imposibles de prever.
• El crecimiento de la población humana y las pautas de consumo – los siete mil millones de personas vivas hoy en día es probable que crezcan hasta 9.500 millones en 2050, y las presiones derivadas del elevadísimo consumo material entre la clase media y los ricos pueden intensificarse.
Cuando quienes hoy son niños y niñas lleguen a la mediana edad, es extremadamente probable que los sistemas vitales básicos de la Tierra que sustentan la vida de la Tierra, de importancia crítica para la prosperidad humana y la mera existencia de la especie, se hallarán irremediablemente dañados por la magnitud, el alcance global, y la combinación de estos factores antropogénicos de estrés ambiental, a menos que adoptemos medidas concretas e inmediatas para asegurar un futuro sostenible y de calidad.»
Barnosky, A.D.et al (2013): Scientific Consensus on Maintaining Humanity’s Life Support Systems in the 21st Century, http://mahb.stanford.edu/consensus-statement-from-global-scientists/ (traducción de Jorge Riechmann)
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Si no podemos controlar la Megamáquina, ¿se sigue de ello un retirarse a esperar la catástrofe –hacia la que avanzamos a toda velocidad?
No, sería un non sequitur. Por una parte, está la vieja posibilidad de poner palos en las ruedas, actualizada como echar arena entre los engranajes primero, y más recientemente como desconfigurar conexiones entre los circuitos. Esto, a veces, querrá decir activo sabotaje noviolento; otras veces, sólo pronunciar una palabra. Si es la palabra adecuada en la circunstancia justa.
Por otra parte, subsiste la orientación general de fracasar mejor. El derrumbe de la Megamáquina será –lo sabemos— una espantosa tragedia; cabe trabajar por reducir en lo posible la inconcebible masa de sufrimiento –tanto el humano como el de las demás criaturas.
La ilusión de tanta gente con Podemos, desde la primavera de 2014, expresa entre otras cosas esperanza en el control de la Megamáquina… Pero se trata de una esperanza engañosa, que (suponiendo que Podemos llegue realmente a algunos puestos de mando) generará en un segundo momento desencanto y frustración a menos que se tanga la inteligencia suficiente como para poner en marcha lo que yo llamaría una Estrategia Dual.
Eso quiere decir: intentar maniobrar con alguna habilidad el Titanic que inexorablemente va a hundirse –pero no con la expectativa de evitar el naufragio, sino sólo de crear mejores condiciones para el salvamento de los pasajeros.
Y comenzar YA a construir más botes salvavidas, y a organizar las formas de cooperación solidaria que pueden reducir los costes del naufragio.[1]
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CONDICIONES PARA LA TRANSICIÓN
EN UN PAÍS COMO ESPAÑA, por Emilio Santiago Muiño
“¿Cuáles son las condiciones para una transición realista hacia la sostenibilidad, o sencillamente para evitar lo peor como dice Jorge Riechmann, en el marco político y sobre todo cultural actual? Dado el material humano que conformamos las sociedades modernas, es obvio que no se pueden ganar grandes mayorías sociales alrededor de un programa decrecentista que lleva a la limitación del consumo y el cambio de pautas de vida (no al menos de momento, pero hasta eso cambia, y como Margarita Mediavilla soy moderadamente optimista sobre las posibilidades de seducción progresiva de una vida más sencilla y más local… Tampoco habría que descartar del todo una explosividad de conciencia de las que en ocasiones, muy pocas, ocurren en la historia, de las que las conversiones religiosas son las más llamativas).
Por eso me parece ingenuo por nuestra pretender que gente ha apostado por jugar al juego de tomar el poder [por vía electoral] con las reglas que este juego tiene (entre las que encuentra ofrecer soluciones rápidas a una sociedad infantilizada como bien describe Jorge) sean, en su discurso público, todo lo contundente que podemos ser nosotros. Pero es importante que al menos conozcan realmente lo que está pasando. Luego ya lo expresarán, o no lo expresarán, de modo coherente (pero habría que distinguir aquí la estrategia comunicativa que puedan adoptar después con fines electorales de su análisis real de la situación).
¿Cuál sería el mejor escenario posible dentro del realismo que imponen las circunstancias actuales? Que ‘a la sombra de un proceso de vuelco político suficientemente radical como para emprender grandes cambios estructurales que son transversales a nuestras propuestas y que además, a diferencia de nuestro discurso, en teoría (también discutible esto) pueden ganarse el apoyo rápido de amplios sectores de la población (fuerte redistribución de la riqueza, defensa de ciertas coberturas públicas, ruptura o revisión con el entramado de acuerdos internacionales que precondicionan cualquier política económica –euro, OMC-, auditoria de deuda…), se nos facilite emprender proyectos con un sentido mucho más ajustado a la realidad de la crisis socio-ecológica. En otras palabras, que se abra un contexto que se pueda trabajar en alternativas sólidas y masivas de tipo decrecentista o ecosocialista, aunque sean parciales e incoherentes con otras política públicas; un contexto que facilite ir construyendo frenos de emergencia y embriones de sostenibilidad al margen de un foco mediático que, de momento, tenemos culturalmente perdido (…).
En mi último viaje a Cuba, estudiando la adaptación cubana del Periodo Especial, una importante ambientalista cubana responsable de la promoción de la agricultura urbana me explicó algo que me hizo pensar mucho: el gobierno no podía asumir una política oficial de rechazo al modelo de desarrollo occidental, porque hubiera supuesto un estallido social. Pero lo que sí permitió fue dejar hacer, que se experimentase con alternativas sostenibles. Y algunas las apoyó decididamente (otras en absoluto, frente a una imagen muy idealizada del caso cubano que tenemos fuera). Quizá sea algo de lo que podamos extraer algunas lecciones sobre que cabe esperar de gente en un gobierno.”
Emilio Santiago Muiño, comunicación personal, 11 de julio de 2014
[1] Algunas sugerencias para las dos patas de esta estrategia dual de transición en sendos números de la REC (Revista de Economía Crítica) monográficos sobre Pensar la transición, coordinados por Óscar Carpintero y Jorge Riechmann (um. 16 y 17, publicados en 2014). Así como en el volumen coordinado por Jorge Riechmann Alberto Matarán, y Óscar Carpintero Los inciertos pasos desde aquí hasta allá: alternativas socioecológicas y transiciones poscapitalistas. Univ. de Granada/ CICODE, 2014.