por analogía con el gran montaigne…

La biología es piadosa, se ha reflexionado alguna vez (Montaigne por ejemplo). A medida que nos vamos acercando a la muerte, el deterioro corporal asociado con el envejecimiento va haciendo la vida menos apetecible, de manera que -en ciertos casos al menos- el tránsito final puede aparecer como una liberación.

Cabría hacer una reflexión sociológica análoga. A medida que avanzamos hacia el colapso de las sociedades industriales en medio de las orgías del capitalismo neoliberal, vemos degradarse tanto la sustancia humana, nos convertimos hasta tal punto en «materia corrupta» (Maquiavelo en los Discorsi), que el dolor asociado a la extinción de las posibilidades de lo humano se mitiga… En este sentido, el capitalismo exhibiría un rasgo inesperadamente piadoso: nos envilece y deteriora antes de destruirnos.

(Para que no se confunda el lugar desde donde hablo: no estoy instalado en ninguna misantropía de principio, de raíz metafísica u ontológica. Los seres humanos podemos ser muchas cosas distintas, podemos autoconstruirnos de muchas formas diferentes. Lo que digo es sencillamente: el capitalismo -que es un desarrollo histórico contingente- nos deforma, aliena y corrompe de tal manera que se hace menos duro decir adiós al ser humano.)