para Paco Puche
En Tantos tontos tópicos, Aurelio Arteta cita una historia que cuenta Norman Manea. Preguntan a un rabino: «¿Por qué continúas predicando, si sabes que no puedes cambiar a los malvados?» Y su respuesta es: «Para no cambiar yo». Podríamos parafrasear: ¿por qué continuamos luchando, si sabemos que probablemente no podremos detener a quienes destruyen el mundo? Y contestaríamos: para no ser destruidos nosotros mismos –y para no autodestruirnos.