recupero estas notas previas a una lectura de poemas en sevilla, el 19 de junio de 2002 -hace ya un tiempecito…

Existe un enorme potencial -hoy anquilosado- de capacidad creativa, de relación con el otro, de amor y solidaridad. En el mundo tanático que habitamos, hay grandes reserva de Eros. La reducción de lo humano a relaciones mercantiles es un fenómeno criminal que casi tendríamos que llamar antropocidio: por eso, hay razones específicamente existenciales y morales para acabar con el capitalismo. Lo humano, el abanico de las posibilidades humanas, es un espacio apenas explorado y sin embargo gravemente amenazado: igual que la biosfera, ese vulnerable mundo natural que habitamos. La responsabilidad de todos y cada uno, cada una, es tratar de detener esa catástrofe antropológica, ese antropocidio. Y sabemos que el tiempo apremia.

¿Puede ayudar la poesía? Quizá con su capacidad de extrañamiento. Ver el mundo con ojos nuevos es una condición previa para poder transformarlo, y la poesía, que nos facilita des-automatizar la mirada y la expresión, nos permite ver el mundo con ojos nuevos. Capacidad de extrañamiento de la poesía, en un doble sentido: extrañarnos es asombrarnos, y también es distanciarnos, sumergirnos en la alteridad.

Cuando la poesía es anhelo de lo otro, resulta natural la alianza con la revolución.